martes, 2 de marzo de 2010

PROTECTOR Y ACOMPAÑANTE

«¿Dónde está la fe de ustedes?», les dijo a sus discípulos. Con temor y asombro ellos se decían unos a otros: «¿Quién es este, que manda aun a los vientos y al agua, y le obedecen?». Lucas 8:25

¿Quién es él? Se trata del Creador del mundo. El apóstol Juan dice: «Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir» (Juan 1:3). Stevens Jahzeel Reyes Cárdenas, estudiante de medicina y justamente hoy cumpleaños, testifica el poder de Dios cuando la ciudad de Cancún fue devastada por el huracán Wilma en 2005.
Este joven vio que volaba el frágil techo de lámina de su casa, también observó con espanto cómo el agua, con fuerza incontenible, inundaba su vivienda. Sin embargo, lo peor apenas comenzaría. Ante la fuerza del viento, una torre de transmisión eléctrica se empezó a tambalear y todo parecía indicar que iba a caer sobre varias viviendas. No obstante, la torre, según sus propias palabras, cayó «como si alguien la hubiera tomado y la hubiera dirigido hacia un llano al otro lado. No derrumbó ninguna casa».
En medio del gran conflicto a menudo nos quedamos asombrados y confundidos, porque nos parece que Dios debería evitar todas las desgracias, y que así como reprendió al viento y a las olas, también tendría que reprender los accidentes, los huracanes, los tsunamis y los terremotos; incluso que reprendiera las enfermedades como el cáncer y demás epidemias que hay. Que también reprendiera a las voluntades que desestabilizan los hogares. Pero Dios sabe que es una guerra con muchas víctimas inocentes. Por eso ha prometido estar con nosotros en medio de las crisis.
Ahora, ¿te puedes imaginar al Creador dormido en medio de la tempestad? ¡Él mismo enfrentó el peligro de muerte! Y fíjate, aunque en aquella ocasión se levantó y pudo reprender a los agentes naturales, en el Calvario clamó por el desamparo de Dios. El cuidado de Dios es un verdadero misterio, pero ha prometido estar con nosotros siempre para librarnos o consolarnos, pero siempre con nosotros. Por eso no tenemos temor.

«Permanecemos en Cristo por medio de una fe viva. Él mora en nuestros corazones cuando nos apropiamos individualmente de la fe». MJ 157.

Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna

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