lunes, 24 de enero de 2011

LEVÁNTATE, TE LLAMA

¡No tengas miedo! Ven, que el te llama¡(Marcos 10:49).

Como mujeres modernas que enfrentamos los interminables retos que nos presenta esta vida tan agitada, en ocasiones nos damos cuenta de que nuestro ánimo decae, y nos sentimos deprimidas, hasta el punto de considerar que nada de lo que hacemos vale la pena. Pero experimentar este tipo de sentimientos no es patrimonio exclusivo de la mujer. El sabio Salomón expresó esto mismo cuando afirmó: «Vanidad de vanidades, todo es vanidad» (Ecl. 1:2).
Si vemos la vida desde esa perspectiva, caeremos en el pesimismo, que nos hundirá en el profundo mar de nuestros propios pensamientos derrotistas. Sin embargo, cuando logramos mirar a través del cristal divino, comprendemos que cada fracaso, cada lágrima, cada desconsuelo, tienen como propósito fortalecernos en la conquista de la Canaán celestial. Esta perspectiva espiritual dará sentido a todas las circunstancias que debamos afrontar en la vida.
José Martí, el pensador y poeta cubano, declaró: «Nuestro vino es amargo, pero es nuestro vino». Obviamente, nuestra vida no está desprovista de la amargura de los problemas, los conflictos, el sufrimiento y la decepción, pero también es cierto que las palabras de Jesús quieren y pueden marcar la diferencia y, lo que es más, hacer el milagro.
Querida amiga, si hoy te encuentras pasando por momentos difíciles y piensas que todo a tu alrededor se desploma, agudiza tu oído y escucha estas maravillosas palabras: «¡No tengas miedo! Ven que él le llama» (Mar. 10: 49). Tu Dios no te ha abandonado. Él sabe de qué tienes necesidad. El puede escuchar el lamento más profundo de tu corazón y desenredar la madeja de tu vida. Solamente confía en él. No estás sola. A tu lado va aquel que levanta al caído, transforma los corazones y da paz y sosiego al alma.
Jesús se detiene hoy en tu camino. Sí, precisamente en ese punto en que piensas que vas a sucumbir. Él se detiene para ser tu apoyo. Levántate, no te quedes agonizando. Ve a Jesús. Él conoce tu nombre, y te llama. Si tienes confianza, él te levantará, para acompañarte en cada paso del resto del camino.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

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