martes, 1 de marzo de 2011

CUANDO LLEGA EL AMOR

Mi amado es blanco y rubio, señalado entre diez mil. Cantares 5:10.

Fernanda estaba sumamente enamorada pero no se sentía correspondida. El joven que le gustaba parecía dubitativo, a veces demostraba mucho cariño y un profundo interés, pero en otras ocasiones no le daba la debida atención. Con lamentos y congoja Fernanda me había relatado el drama que estaba viviendo. Sentía que lo "quería demasiado", pero ella misma no sabía si seguir interesada en él o "darlo por perdido" y buscar a otro joven.
Días más tarde, cuando todo parecía haber terminado, se encontraban conversando un grupo de alumnas que incluía a Fernanda. Me uní a la rueda de conversación. Hubo algunos chistes, temas pasajeros, hasta que en cierto momento apareció el joven que había sido el sueño imposible de Fernanda. Lo vi llegar y pensé que Fernanda también lo había visto, pero cuando el joven comenzó a saludar a las jovencitas presentes y Fernanda lo vio, no pudo ocultar su sorpresa y emoción. Luego del saludo, el muchacho entró al colegio, y ella, totalmente ruborizada, me preguntó: "Capellán, ¿por qué no me avisaste que llegaba? Me tomó totalmente por sorpresa".
Esa emoción, ese deseo de ser amado y a la vez de amar a alguien del sexo opuesto, es natural en todas las personas. Dios lo colocó en cada ser humano desde su creación y en la adolescencia y juventud es cuando comienza a despertarse. En el principio, luego que Dios presentara a Adán y a Eva entre sí, declaró: "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer" (Gen. 2:24).
A lo largo de este mes veremos diferentes aspectos del amor en la juventud, porque Dios sigue manteniendo el mismo interés que tuvo en la creación y desea que hombres y mujeres sean felices en el amor. Nuestro Creador sembró la semilla de su propio amor en cada corazón, y ese amor debe ser cultivado, regado y cuidado para que no se marchite ni muera. Una de las maneras de cuidarlo es permitiendo que los principios de las Escrituras formen parte de nuestra vida. Ese mismo Creador que nos dio de su amor, dejó registradas pautas para que los hombres y las mujeres no se equivoquen al enamorarse y amar a otro semejante.
La esposa de Salomón expresó un elogio que materializaba en palabras todo el cariño que sentía por el rey: "Mi amado es blanco y rubio, señalado entre diez mil". Estoy seguro de que a ti Dios también te permitirá vivir la dulce emoción de estar enamorado o enamorada y sentir que la persona de tus sueños es "señalada entre diez mil". Pero recuerda, para tener éxito en el amor, es fundamental conocer a la Fuente genuina del amor: Jesús.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

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