miércoles, 9 de marzo de 2011

PRIMER ERROR DE SANSÓN: "A MÍ ME GUSTA"

Y Sansón respondió a su padre: Tómame esta por mujer, porque ella me agrada. Jueces 14:3.

Sansón fue uno de los grandes hombres de las Escrituras. Su fuerza descomunal por el poder del Espíritu Santo lo convirtió en uno de los jueces de Israel más renombrados. Y yo creo que si él le hubiera dado a Dios el primer lugar en su vida, es probable que se hubiese escrito mucho más de él. Hoy y en los días que siguen no hablaremos de toda la vida de Sansón, sino que reflexionemos en la relación que tuvo con tres mujeres a lo largo de su vida.
La primera de ellas fue una joven cuya nombre ignoramos, pero sabemos que vivió en Timnat. Esta pequeña ciudad debió pertenecer a la tribu de Dan, pero los filisteos continuaron habitándola y dirigiéndola. Cuando Sansón le pidió a su padre que le buscara esta mujer por esposa (porque así era la costumbre de la época), sus padres le reprocharon: "¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos?" (Juec. 14:3). Con esta pregunta ellos deseaban que su hijo reflexionara, que se diera cuenta del gran error que estaba por cometer, que recordara lo que Dios había escrito por Moisés cuando dijo de las naciones extranjeras: "No emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo. Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos" (Deut. 7:3, 4).
Lejos de escuchar a sus padres, este joven forzudo respondió: "Tómame esta por mujer, porque ella me agrada". ¡El gusto fue la única razón que tenía para casarse con ella! Sansón nunca la amó, pero le gustaba muchísimo. Le agradaba, pero erró tremendamente al tener este único criterio en su elección. El resultado: Luego de un enojo se marchó dejando a la novia plantada en la fiesta de bodas, y el padre de ella la dio por esposa a un "compañero". ¡Qué poco duró este matrimonio! Más allá de que Sansón se equivocara al tomar a una mujer de otra religión, su criterio demostró inmadurez y una corta experiencia en lo que hacía.
Este error de Sansón está narrado en la Biblia para que cada joven y señorita no caiga nuevamente en la misma equivocación. El gusto es necesario y hasta importante, pero no lo es todo. El amor, lejos de ser un gusto, es un principio abarcador que está instaurado por Dios en el corazón, y debe ser ese amor el que te movilice para formar compromisos serios con la persona que amas. Evalúate y mide tus intenciones con el capítulo 13 de la primera carta a los Corintios, y luego avanza teniendo fe que el Señor te conduce.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

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