miércoles, 2 de marzo de 2011

TRABAJANDO CON AMOR

Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba. Génesis 29:20.

Siguiendo el consejo de su padre, Jacob había dejado su hogar y había viajado a Padan-aram, porque sabía que no debía buscar esposa en la tierra Canaán. Las mujeres cananeas desde hacía siglos se habían inclinado a la idolatría, pero en la tierra de Rebeca todavía se adoraba al Dios del cielo, y Jacob, obediente, realizó el viaje.
Labán, el tío Jacob, lo hospedó gentilmente, y después de un mes de trabajo le preguntó: "Dime cuál será tu salario". Si bien las dos hijas de Labán eran muy hermosas, "Jacob amó a Raquel" y entonces le contestó a su no: "yo te serviré siete años por Raquel tu hija menor" (Gen. 29:15, 18).
¿Te animarías a trabajar siete años por la persona que amas? En los tiempos que vivimos parece un sacrificio exagerado, pero cuando se ama de verdad no se escatiman esfuerzos, y como Jacob realmente amaba a Raquel, enfrentó el desafío de "pagarle" a su tío con siete años de trabajo.
El principio contenido en esta historia es claro: todo lo que vale tiene un precio. En esta época en que vivimos parece que lo mejor es lo que viene regalado, y el amor no es una excepción. La ley del menor esfuerzo parece imponerse por todas partes: "Gánate un millón de dólares, juega al. . .", "disfruta de estas hermosas Vacaciones, participa del sorteo. . .", "obten un título en solo seis meses, estudia. . .".
Tristemente, incluso las personas parecen regalarse. Sienten desesperación o envidia porque otros tienen y disfrutan de una vida amorosa, y entonces se ofrecen como mercadería barata al primero que pasa. Este tipo de "amor regalado" es efímero, no tiene duración. Salvo rarísimas excepciones, no tiene futuro. Si bien no fue Raquel la que puso el precio, fue su padre quién sabía lo que valía y lo hizo respetar. Jacob, a su vez, conocía el valor de una mujer con principios, y "sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba".
El ejemplo del patriarca y de su esposa Raquel brilla hasta nuestros días para todos los que desean tener un amor duradero. Si te encuentras en el lugar de él, deberás trabajar con las herramientas de la amistad, la paciencia, el tacto, el sentido común y la fidelidad. Si te encuentras en el lugar de ella, recuerda que Jesús te dio un valor muy alto al morir por ti en la cruz, así que no te permitas regalarte o que alguien te rebaje en nombre del amor.
Dios te ama y te dio o te dará la posibilidad de compartir ese amor con alguien, por eso respeta los principios bíblicos y aprende a amar como Jesús.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

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