lunes, 18 de abril de 2011

VISITAR A LOS QUE NO TIENEN LIBERTAD

Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo. Hebreos 13:3.

Si existe un ministerio maravilloso y que demanda entrega y amor por Cristo, es el ministerio de las prisiones. No cualquiera está capacitado para relacionarse con personas que cometieron grandes errores en la sociedad y que están sufriendo las consecuencias de sus faltas. A menudo se nos anima a trabajar por los "hermanos más pequeños" de Jesús retratados en Mateo 25, pero muy poco se dice y se hace por aquellos que están en las cárceles.
Hay algunos que con fe y valor que solo el Espíritu Santo da, han respondido a la invitación de acordarse de los presos, y es hermoso ver como Dios los usa para que los presos puedan vivir la transformación que Cristo produce en el corazón.
Conocí a Darío cuando conto su testimonio un sábado de mañana en un sermón, y compartió que dos veces por semana va a la cárcel a predicarle a los presos. Con el calor y la convicción que el Espíritu divino le impartió, Darío se acercó a hombres que vivieron equivocados, y por su intermedio llegaron a aceptar a Jesús en su vida.
Uno de ellos le escribió una carta desde una cárcel de Buenos Aires. Algunas de sus palabras dicen: "Quiero agradecerle por haberme ayudado a conocer a Dios, es decir, de otra manera, ya que hasta entonces profesaba la religión Católica Apostólica Romana. Lo que comencé a conocer por medio de la Biblia que usted me obsequio ha cambiado mi conducta. Es más, hoy me siento una nueva persona por tener a Jesucristo en mi corazón, como dijo el apóstol Pablo en 2 Corintios 5:17". Más adelante, hacia el final de la carta agrega: "Le estaré siempre agradecido por haberme ayudado a dar el primer paso hacia una extraordinaria y nueva vida".
Dios te invita a trabajar por aquellos que no lo conocen para que crezcas espiritualmente. Jesús termino su lista de "hermanos más pequeños" con aquellos que no tienen libertad, y te llama a usar tu libertad para invitar a los presos del pecado a recibir la libertad espiritual que solo Jesús puede dar.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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