lunes, 9 de mayo de 2011

RECREACIÓN EN LA IGLESIA (PARTE 2)

Seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos. Estad siempre gozosos. 1 Tesalonicenses 5:15, 16.

Si había un día y un momento que me encantaba de niño y de joven, eran los sábados de noche. Desde que nací, mis padres habían participado de los sociales que se hacían en la iglesia cada sábado, y aprendí a disfrutar esos momentos junto a aquellos de la misma edad que yo.
El predio de la iglesia estaba compuesto por el templo, numerosas aulas que en la semana operaban como escuela, y en la parte de atrás había una cancha de bochas, una cancha de voleibol y un patio amplio en el que los menores jugábamos al futbol.
En el salón que estaba al lado de la iglesia había dos mesas de ping pong, una mesa de billar, mesas con juegos de ingenio y una cocina donde se pre-paraban fabulosas pizzas y otros comestibles que ayudaban a que la velada fuera aún más agradable.
Esa iglesia sabía lo que era disfrutar de reuniones sociales; algunos participaban de los deportes o juegos, otros conversaban, y otros simplemente colaboraban en la cocina. Claro, no todo era color de rosa, porque a veces había enojos y discusiones; nunca faltaban los que hacían trampa para ganar algún partido. Pero más allá de estos pequeños conflictos, disfrutábamos aquellos plenamente, y dolía ver que el reloj avanzaba, y llegada la medianoche había que terminar. De paso, fue en uno de esos sábados de noche cuando sentí por primera vez que estaba enamorado de quien ahora es mi esposa.
,;Disfrutas de esos momentos con la gente de tu iglesia? Yo creo que si los primeros cristianos hubieran conocido la iglesia a la que yo fui, habrían participado de las actividades sociales de sábado de noche, porque "la multitud de los que habían creído era de un corazón y de un alma" (Hech. 4:32). Algunos piensan que seguir a Jesús es carecer de afecto, de simpatía o de alegría. Se cree que todo sentimiento de felicidad y de esparcimiento es evidencia de mundanalidad, y que la religión de Cristo prohíbe sonreír. Pero no es Dios quien motiva esos corazones. "Satanás siempre procura presentar la vida religiosa como una vida de tinieblas. Desea hacerla aparecer penosa y difícil; y cuando el cristiano, por su incredulidad, presenta en su vida la religión bajo este aspecto, secunda la falsedad de Satanás" (El camino a Cristo, p. 117).
En este día que comienzas, dale gracias al Señor por el amor que siente por ti, y permite que su felicidad inunde totalmente tu ser.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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