jueves, 16 de mayo de 2013

UN DÍA A LA VEZ


Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios. Goloseases 1:10.

Recuerdo un incidente que leí una vez acerca de un anciano que había quedado maltratado por el trabajo duro, pero estaba buscando algún empleo para obtener medios. Un noble que necesitaba que le cortaran cien fardos de leña se enteró del deseo del anciano. Le dijo que si le cortaba la leña, le daría cien dólares por el trabajo. Pero el anciano respondió que no podría. Era un anciano, y no era capaz de emprender tal trabajo. "Pues bien —dijo el noble hacendado— hagamos un trato diferente. ¿Puede cortar un fardo de leña hoy? Si lo hace, le daré un dólar". Se hizo el trato, y el anciano cortó el fardo de leña ese día. "Entonces —dijo el noble—, puede cortar otro fardo mañana", y así fue sucesivamente, hasta que todo el trabajo fue completado. En cien días se completó el trabajo, y el obrero tenía tan buena salud como cuando comenzó el trabajo. Pudo hacer un fardo a la vez, pero cuando se le presentó todo el trabajo, su cumplimiento le pareció imposible.
Esto representa bien los casos de muchos que están indecisos. Tienen el deseo de ser cristianos, pero las responsabilidades de una vida cristiana parecen tan grandes que temen que serán un fracaso, [y] están casi seguros que nunca alcanzarán el objetivo si lo intentan. Pero cuando se considera que a ellos no les compete asegurar el final del camino del cristiano, no se requiere de ellos que lo comprendan y lo cumplan todo a la vez; solo se nos presenta un día a la vez con sus cargas y responsabilidades.
Sí, queridos amigos, queridos jóvenes, el mañana no es suyo. Han de cumplir los deberes de hoy. Si ustedes deciden estar de parte del Señor, y salen del mundo y se apartan, y escogen ser hijos e hijas del Altísimo; si deciden dejar las filas del enemigo, el servicio del pecado y Satanás, resuelvan hacer siempre lo correcto. Aférrense a los deberes de hoy, advirtiendo que el Señor tiene derechos sobre ustedes, que son responsables ante su Creador; estos deberes deben atenderse únicamente un día a la vez. Con el poder de Dios, aférrense, creyendo que pueden vencer por ese día.— Signs ofthe Times, 31 de enero de 1878.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White

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