miércoles, 27 de julio de 2011

EL DON DE LA PACIENCIA

Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor. Efesios 4:1, 2.

Si bien las palabras "paciencia" y "perseverancia" pueden ser utilizadas como sinónimos en algunos aspectos, cuando se habla de relaciones humanas, la palabra más aplicable es "paciencia".
¿Qué es la paciencia? Es la virtud que poseen algunas personas para tolerar desgracias, sufrimientos y situaciones adversas u ofensivas, sin quejarse ni rebelarse. Un gran amigo mío fue un ejemplo de paciencia y tolerancia hacia sus semejantes, durante el último año de educación media. Estábamos en noviembre y se acercaban los exámenes finales de matemática. En esos exámenes debíamos rendir lo visto a lo largo de todo el año, así que el profesor dividió el temario anual en cuatro partes, y señaló qué temas entraban en los cuatro exámenes. Pocos en el aula habían entendido uno de los temas del examen. Por eso, quienes lo habían entendido se ocuparon de ayudar a los demás.
Como yo era uno de los que había entendido el tema, fijé horarios para explicárselo a los compañeros en la biblioteca del colegio. Después de la clase, se me acercó Ana, una compañera que tenía serias dificultades con toda la materia. Luego de explicarle lo mismo varias veces, como seguía sin entender, la llevé ante mi amigo y le dije: "Yo no puedo repetir por cuarta vez lo mismo; se me terminó la paciencia". Con una sonrisa, mi amigo le presentó el tema de estudio con diferentes palabras, ejemplos y ejercicios, y finalmente esta joven comprendió lo que más tarde rendiríamos en el examen.
El don de la paciencia es un fruto del Espíritu Santo (Gal. 5:22), y cada cristiano debería pedírselo a Dios hasta que forme parte de su carácter. Una familia en que los miembros no tienen paciencia, es un lugar intolerable. Un aula donde los alumnos no se tienen paciencia, es un campo de batalla. Los miembros de una iglesia que no se tienen paciencia, están dando un mal ejemplo del verdadero cristianismo.
Pablo le aconsejó a la iglesia de Éfeso que se soportaran "con paciencia los unos a los otros", porque de este modo tendrían la unidad por la cual Jesús oró en el aposento alto (Juan 17:23, 24). Si tus padres, hermanos y amigos requieren paciencia de tu parte, no te enfades con ellos. Al contrario, eleva una oración para que el Dios del cielo te conceda amor y calma.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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