miércoles, 13 de julio de 2011

EXCESO FATAL 2ª PARTE

Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:2.

Era mi primer año de capellán en ese colegio, y ese grupo de alumnos se encariñó especialmente conmigo y yo con ellos. Me preocupaba por la vida espiritual de los jóvenes, por sus relaciones familiares y también por su estudio; y esa preocupación sincera tenía recompensas afectivas.
Hubo un caso especial que me intrigó y para el cual no pude encontrar solución. Una de las alumnas que hasta el año anterior había sido un ejemplo de buenas notas y disciplina, repentinamente comenzó a bajar sus calificaciones. En algunas charlas a solas, intenté animarla y procuré saber qué problema estaba padeciendo, pero ella solo se limitó a contestarme lo necesario como para deshacerse de mí. Con los meses, todos notamos que su comportamiento había cambiado muchísimo, y también su apariencia. Toda su ropa, que antes le quedaba a la medida, era "grande", y cuando ella hablaba de su figura repetía las palabras "estoy regorda".
La realidad era bien distinta: la cultura de la imagen (de la que hablamos en mayo) había logrado fijar en su mente la idea de que para verse bien había que ser un "esqueleto" con piel; y esta adolescente se enfermó de anorexia nerviosa. Poner su vista en algunas modelos bulímicas y anoréxicas, que trasmitían una apariencia enfermiza pero "a la moda", probablemente contribuyó a su enfermedad. Ese año debió ser internada en un centro de rehabilitación para anoréxicos y bulímicos.
Es verdad que no debemos permitir que el apetito nos domine y nos convierta en esclavos de la comida, pero tampoco debemos ir al otro extremo de repudiar los alimentos que fueron provistos para preservar la vida y mantenernos sanos.
Ojalá pongamos "los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe". Si cada día le permitimos a la Biblia que nos muestre al Hijo de Dios, seremos transformados a su imagen, y le daremos a todo lo creado el verdadero uso, y los alimentos los consumiremos con sabiduría y moderación. Y si tú o alguien que conoces muestra síntomas de anorexia, no tarden en buscar ayuda profesional.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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