miércoles, 10 de agosto de 2011

PRUEBE A DIOS

Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Malaquías 3:10.

¿Pensaste alguna vez en probar a Dios? ¿Te imaginas a ti, un pequeño mortal de este mundo, poniendo a prueba al Dios creador de todo el universo? Parece ilógico y hasta irrisorio, pero este versículo dice que el mismo Dios invita a cada uno de sus hijos que demuestren su fidelidad entregando "todos los diezmos", y luego propone: "Probadme".
Como lo dijimos antes, el diezmo muestra si somos fieles a Dios con nuestras ganancias. Sería infantil pensar que él está necesitado de nuestros recursos o de algún tipo de bien, ya que como Ser superior no necesita nada de nadie y además nos declara: "Mía es la plata, y mío es el oro" (Hag. 2:8). Por lo tanto, devolver el diezmo no es una bendición para Dios, sino para nosotros mismos.
Esta prueba en la que se somete Dios a través del diezmo, está ligada a una bendición para los que somos fieles: "Probadme... [y] os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde". Como en todas las actividades espirituales, la fidelidad a Dios tiene su recompensa, y en este caso el Dueño de los recursos del mundo nos anima a probarlo y comprobar que nos dará bendiciones hasta que "sobreabunden".
¿Qué significa sobreabundar? El primer colegio en que me tocó trabajar estaba ubicado en una zona desértica y de escasos cultivos. Acostumbrados junto a mi esposa a las frutas y verduras frescas, debíamos comprar los vegetales de camiones frigoríficos, ya que eran traídos de lugares distantes. Lo que más extrañaba eran las naranjas, una de mis frutas favoritas, que me gustaba comer recién arrancadas del árbol. Todo el primer año de trabajo consumimos pocas naranjas, pues el sabor era como si estuvieran verdes. El segundo año vinieron a visitarnos mis suegros, ¿y qué nos trajeron de regalo? Efectivamente, naranjas. Más de treinta kilos (66 libras). Llenamos nuestro refrigerador y regalamos a algunos amigos que también amaban esa fruta. Eso fue tener naranjas "hasta que sobreabunden".
El Dios de todos los recursos del mundo te invita a que lo pruebes, incluso con los bienes económicos que te da, y asegura que te colmará de bienes "hasta que sobreabunden".

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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