lunes, 19 de septiembre de 2011

EN EL NOMBRE DE JESÚS

De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Juan 16:23.

Orar en el nombre de Jesús es otra de las condiciones que nos presenta la Escritura para que nuestras oraciones tengan respuesta.
Muchos dicen: "Todo esto te pedimos en el nombre de Jesús", sin pensar realmente lo que están diciendo. Aprendieron a orar así, lo hacen por costumbre, pero no se dan cuenta que en el nombre de Jesús hay poder; y para que este poder se manifieste, cada cristiano debe ser consciente de lo que dice al orar.
Además, orar en el nombre de Jesús no es una fórmula mágica o matemática, que garantiza que obtendremos lo que pedimos. Tampoco es un señuelo para que el Padre conteste una oración que no deseaba contestar. Orar en su nombre es hacer una proclamación audible de la fe que se tiene en Jesús como Salvador, Mediador y Redentor. Es reconocerse pecador y admitir que el Padre solo puede contestar los ruegos de quienes están en armonía con su santa ley. Como esto es imposible, humanamente hablando, entonces se presenta la alternativa de confiar en los méritos de Cristo, y de esta manera, por fe, el creyente se encuentra con la santidad de Jesús.
Orar en el nombre de Jesús es aceptar su vida como modelo y procurar imitarla. Es hablar como él habló, creer lo que él creyó y amar como él amó. Es manifestar humildad en cada aspecto de la vida y manifestar mansedumbre en el trato con otros, sabiendo que en este mundo estamos peregrinando, hasta que él regrese y termine con el pecado. Es hacer su voluntad, incluso cuando nuestros gustos o preferencias indicarían un camino contrario, porque en su nombre hay poder en el cielo y en la tierra, incluso sobre los gustos de los mortales.
En este día, cuando te entregues a Dios en oración y pongas todas tus actividades en sus manos, piensa en Jesús, tu Salvador. Al orar en su nombre, recuerda sus promesas y pídele fuerzas al Padre eterno para vivir como vivió su Hijo. Agradece a Dios por haberlo enviado, agradece por su sacrificio expiatorio, agradece porque en el nombre de Jesús hay poder. Comienza cada día de tu vida y cada actividad que hagas en el nombre de Jesús, y verás miles de bendiciones derramadas sobre ti.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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