sábado, 24 de diciembre de 2011

DOS EXCLAMACIONES DIFERENTES

Y se dirá en aquel día: He aquí, este es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; este es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación. Isaías 25:9.

Jesús concluye el juicio investigador, y ya todo está preparado para volver a la tierra. Con potente voz exclama: "¡Consumado es!", y todos los ángeles se disponen a acompañar a su querido Comandante.
Suena la trompeta y la hueste angelical comienza su viaje interestelar. Por encima de todos y desplegando una gloria indescriptible, el Hijo de Dios viene en una nube radiante, sobre un trono fulgurante.
En el mundo todo parece transcurrir como cualquier otro día, hasta que las antenas de las estaciones espaciales captan un sonido musical que va en aumento. Pronto, todas las parabólicas del mundo están captando el mismo sonido. Los programas de televisión se suspenden para informar que desde el espacio se oye música, y las cámaras captan la imagen de una nube pequeña y oscura, la cual, a medida que se acerca a la tierra crece en tamaño. Todo el mundo se paraliza, porque lo que había comenzado como un pequeño objeto en el firmamento, ahora fulgura con una luz más intensa que la del sol y llena todo el orbe. Entonces se divisan los ángeles y se distingue la figura regia del Hijo de Dios. Ya no quedan dudas respecto a quién es el que se aproxima a la tierra.
Un grupo de personas parece enloquecer. Son millones que no soportan la mirada del Santo de Dios. Con terror indescriptible, procuran encontrar un lugar donde esconderse, y les gritan a los montes y a las rocas: "Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?" (Apoc. 6:16, 17).
También se observan grupos de niños, jóvenes, mujeres y hombres de pie, con la mirada fija en el cielo. Sus corazones palpitan con gozo indescriptible y de sus labios brotan alabanzas al Cordero que dio su vida por ellos. Pronto el Hijo de Dios da la orden, y millones de personas de todo el mundo vuelven a la vida y comienzan a elevarse para recibir al Señor en el aire. Junto con los redimidos vivos pronuncian el grito de victoria: "Este es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; este es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación".
¿En cuál de los dos grupos te ves? ¿Cuál será tu exclamación cuando Jesús regrese?

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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