martes, 20 de diciembre de 2011

EL GRAN FINAL DE DANIEL 2

Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre. Daniel 2:44.

A lo largo de la historia, muchos hombres han intentado predecir el futuro. En las últimas décadas, la pantalla del cine ha mostrado vividamente cómo podría terminar nuestra civilización o simplemente cómo continuaría después de una catástrofe.
Algunas películas han presentado al hombre luchando contra seres extra-terrestres que invaden nuestro planeta. Otras lo muestran luchando contra computadoras y máquinas que él mismo fabricó para su servicio. También están aquellas que vaticinan un futuro sombrío por la escasez de agua y alimentos a causa de la superpoblación mundial. Las más alarmistas muestran la catástrofe que produciría un cometa al impactar la tierra.
Pero por más que el hombre procure conocer el futuro por medio de la ciencia, los cálculos estadísticos o las estrellas, solo quienes busquen en la Biblia hallarán una respuesta satisfactoria y verdadera.
La imagen del sueño de Nabucodonosor ilustra una sucesión de imperios que, a fuerza de guerras y derramamiento de mucha sangre, lograron levantarse uno tras otro. Después del último imperio mundial, el Imperio Romano, nunca más el mundo volvería a estar unificado políticamente bajo una sola bandera. Pero el sueño mostraba que así sería hasta que la piedra que fue lanzada, "no con mano", "hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó". Finalmente, después de destruir todos los metales de la imagen, la piedra "fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra" (Dan. 2:34, 35).
Este anuncio sobre el futuro de la humanidad revelado seis siglos antes de Cristo, se ha cumplido paso a paso hasta el presente. Si los hombres hubieran querido resumir en pocas palabras la historia humana desde Babilonia hasta la segunda venida de Cristo, no hubieran encontrado mejor ilustración que la del sueño del emperador caldeo.
Aunque muchos dudan que la segunda venida de Cristo ocurra alguna vez, la visión de un antiguo rey parece quitar toda duda. Cada parte del sueño se ha cumplido, ¿y quién asegura que la última parte no se cumplirá también? Prepárate para vivir en el próximo imperio universal, ese "que no será jamás destruido".

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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