jueves, 22 de diciembre de 2011

¿PREMIO O CASTIGO?

Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus á¡ y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. Mateo 16:27.

En nuestro imperfecto mundo campea la injusticia. Aunque muchos reciben en vida el resultado de sus propias acciones, millones de personas realizan actos pecaminosos que, además de no ser descubiertos, tampoco son sancionados por la ley.
A su vez, otras personas viven de manera honrada, tranquila, en paz, sin hacer mal a nadie, y sin embargo enfrentan la misma suerte que aquel que vivió en pecado: la muerte. Todo esto hace suponer a escépticos e incrédulos, que no importa cómo se viva, lo importante es ser feliz mientras se tenga vida.
Las Escrituras señalan que Jesús volverá para pagar "a cada uno conforme a sus obras" y esto demuestra que, a la vista de Dios, no es lo mismo un hombre honrado que un narcotraficante.
En tiempos de la dictadura militar en Argentina, cientos de hombres y mujeres fueron secuestrados y asesinados por soldados del ejército nacional. Si bien los actos subversivos debían detenerse de algún modo, debido a que la justicia humana es imperfecta, muchos jóvenes fueron apresados y perdieron la vida por ser simples "conocidos" de algún guerrillero. Los documentales, películas y libros exhiben la terrible equivocación cometida contra esos inocentes, y señalan las falencias de la justicia humana.
No se podría amar a un Dios que diera la misma recompensa a un violador empedernido que a un hombre de bien y como esto es incompatible con su carácter justo, el "pago" para cada ser humano será en base a sus acciones. La justicia humana puede equivocarse, y condenar al inocente o absolver al culpable, pero Dios, el Juez de toda la tierra, enviará a su Hijo a castigar a los transgresores y conceder la vida eterna a sus hijos fieles, sin margen de equivocación.
Y tú, ¿qué recibirás cuando Cristo aparezca en las nubes de los cielos? ¿El premio por una vida consagrada o el castigo por vivir en el pecado? Jesús te dice: "Sí, vengo pronto, y traigo el premio que voy a dar a cada uno conforme a lo que haya hecho" (Apoc. 22:12; Dios habla hoy). Querido joven, hoy vuelvo a invitarte a que le permitas al Hijo de Dios reinar en tu corazón. Tus decisiones y tus acciones determinarán lo que recibirás cuando él regrese.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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