domingo, 22 de enero de 2012

UNA GRAN EPIDEMIA

Instruye al niño en su camino, y ni aun de viejo se apartará de él (Proverbios 22: 6).

En la época actual, la obesidad en niños y adolescentes ha aumentado en todo el mundo hasta alcanzar cifras nunca vistas. Esto constituye un grave problema para los países desarrollados, debido principalmente al sedentarismo y al excesivo consumo de alimentos con un elevado contenido calórico. Especialmente en Estados Unidos, el sobrepeso y la obesidad han llegado a ser consideradas como una "epidemia" por parte del mismo gobierno, que lanza desde una página web oficial consejos para detener el avance de este problema de salud pública.
Los niños y jóvenes obesos corren un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo II, así como enfermedades cardiovasculares que antes únicamente afectaban a los adultos. Además, el sobrepeso y la obesidad afectan seriamente a la autoestima de quienes las padecen.
La obesidad infantil puede deberse a la herencia genética o a problemas hormonales. Sin embargo, se considera que sus causas principales son la falta de ejercicio físico y comer en exceso. El Dr. en pediatría Alberto Gedisman afirma que si las madres norteamericanas no cambian sus métodos de crianza estarán contribuyendo a la muerte prematura de sus hijos. Advierte asimismo que las abuelas, tías y los demás miembros de la familia deben unir fuerzas con el fin de evitar la obesidad de los más pequeños. Los expertos sugieren prestar especial atención a:
La alimentación. Es necesario que los más pequeños eviten las comidas y bebidas con un elevado contenido calórico, así como la comida chatarra.
El ejercicio físico. Los niños que llevan una vida sedentaria aumentan de peso porque no queman calorías. Por lo general pasan demasiado tiempo frente a la computadora, con los juegos de video, o mirando la televisión. El ejercicio fortalece huesos y músculos, además de que mejora el aprendizaje.
Los factores sicológicos. Algunos niños comen compulsivamente debido al estrés o a los problemas.
Es de vital importancia que escuchemos y apoyemos a nuestros hijos. Dios los ama, y por eso dice: «Dejad a los niños venir a mí» (Mar. 10: 14). Hoy y cada día, «instruye al niño en su camino, y ni aun de viejo se apunara de el».

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Eva Pérez Davis

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