domingo, 24 de junio de 2012

UN GRAN PRIVILEGIO


Entonces dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza» (Génesis 1:26).

¡Qué hermoso don otorgado por el mismo Creador y únicamente al hombre y a la mujer! Fuimos creados en forma especial y con un propósito también muy único. ¡Qué hermoso privilegio que tú y yo podamos cumplir en nuestras vidas sus santos designios! Jesús vivió abrumado por desafíos, dificultades y desalientos, pero siempre abrigó un propósito bien definido. Esa es la diferencia entre quienes vivimos felices atesorando un ideal eterno en nuestras mentes y corazones y quienes viven resentidos, criticando y amargados. Esas personas fracasan porque deliberadamente no escogen la vida.
Al igual que en los días de Jesús, los valores morales, los principios eternos y la vida misma han llegado a considerarse como algo sin valor. «¿Para qué vivir?», dicen algunas personas escogiendo la muerte y desacatando los mandatos divinos. «Haz esto y vivirás» dice el Señor. Es nuestro privilegio disfrutar de sus bendiciones al obedecer los mandatos divinos mientras que nos apropiamos del don gratuito de la vida eterna.
Escoger la vida conlleva ser conscientes de nuestro origen; asimismo implica aceptar que tenemos una función, un propósito y una misión que desempeñar. Jesús cumplió con cada una de las expectativas divinas hasta completar su obra muriendo en la cruz. Él es el «Cordero que quita el pecado del mundo». Jesús borró todos nuestros pecados que nos condenaban a muerte. Gracias a Dios por ese sacrificio mediante el cual tú y yo tenemos la opción y el maravilloso privilegio de disfrutar de la vida eterna.
Ni las plantas ni los animales tienen la capacidad de elegir su destino; sin embargo, el ser humano puede hacerlo, Disfrutamos del libre albedrío, de la opción de elegir ese es el gran privilegio del ser humano. Mis amadas hermanas, ¡vivamos con gozo y gratitud cumpliendo con el propósito y la misión de nuestra vida!
Gracias, querido Padre, por darme una misión que cumplir y porque como mujer puedo desempeñar una parte en tus propósitos eternos. Ayúdame a crecer en ti y a cumplir en todo tu santa voluntad.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Coraduma Escobar de Villareal.

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