domingo, 17 de junio de 2012

USTED TIENE UN TALENTO


«Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus camino y él hará derechas tus veredas» (Proverbios 3:5,6).

¿Es usted una persona con talentos? Si hace inventario de sus habilidades y descubre que, claramente, no sabe cantar ni tocar el piano, si sus incursiones en la cocina son más bien desastrosas, si no se entiende con las computadoras y le disgusta hablar en público, es probable que llegue a la conclusión de que a usted no lo adorna ningún talento en absoluto.
Pues fíjese que le traigo buenas noticias: De hecho, usted sí tiene talentos. Según dijo Jesús, un talento es un don de Dios o una bendición para su pueblo. El hombre de la parábola de los talentos tenía que hacer un largo viaje y antes de irse llamó a sus siervos y a cada uno le dio una parte de su fortuna.
El propio Jesús es el hombre que se fue de viaje a un país lejano o, lo que es lo mismo, se ausentaría durante mucho tiempo.
Tenía que regresar al cielo, con su Padre, para completar los planes establecidos para su retorno. Antes de irse, proveyó a su iglesia con todo lo que necesitaría durante su ausencia. Encomendó a la iglesia sus verdades, sus leyes, sus promesas y sus poderes. Asimismo, envió a su Espíritu para que sus siervos pudieran vivir y enseñar esas verdades y esas promesas, a la par que usaban esos poderes.  De este modo, Cristo, en el momento de la ascensión, confió sus bienes a la iglesia.
«No fue recibido el derramamiento del Espíritu hasta que, mediante la fe y la oración, los discípulos se consagraron plenamente para efectuar la obra de Cristo. Entonces, en un sentido especial, los bienes del cielo fueron entregados a los seguidores de Cristo. [...]  Los dones ya son nuestros en Cristo, pero su posesión verdadera depende de nuestra recepción del Espíritu de Dios» (Palabras de vida del gran Maestro, p. 263).
«Cristo confía "sus bienes" a sus siervos: algo que puedan usar para él.  Da "a cada uno su obra". Cada uno tiene su lugar en el plan eterno del cielo.  Cada uno ha de trabajar en cooperación con Cristo para la salvación de las almas» (Ibíd. p. 262).
¿Cómo puede descubrir sus talentos? (1) Lea la lista de los dones espirituales en 1 Corintios 12 y Efesios 4 y observe qué lo conmueve. (2) Tome nota de sus talentos naturales. (3) Descubra sus más profundas pasiones, qué le gusta más hacer  (4) Estudie su personalidad; no hay nadie que pueda hacerlo todo. (5) Revise las experiencias pasadas. Y (6) Ore, ore y no deje de orar. Basado en Mateo 25:14-30.

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

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