miércoles, 4 de julio de 2012

NO CONFÍE EN USTED MISMO


«"Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos ni vuestros caminos mis caminos", dice Jehová» (Isaías 55:8).

Un día, en mi época de estudiante en la universidad, me sentí desalentado con respecto a la vida en general. Apoyé la cabeza en el escritorio y oré: «Señor, ¿dónde estás cuando te necesito?».  Al abrir los ojos vi que una pila de libros me impedía ver un cuadro de Cristo que colgaba en la pared de la habitación que estaba enfrente de mí. Entonces supe que había permitido que mis estudios fueran más importantes que el tiempo que pasaba con Dios. ¡Y yo que pensaba que era él quien me rehuía!
A pesar de que la distancia no puede separarnos de Dios, hay algo que sí puede impedirnos sentir su presencia: el pecado. El pecado no impide que Dios nos vea pero hace que nosotros no podamos verlo a él (ver Isa. 59:2). Si queremos que Dios esté presente en nuestra vida, tenemos que echar fuera el pecado.
La base para toda comunicación de Dios con nosotros es la Biblia. En ella se cuenta la historia de Dios en busca del ser humano perdido. En ella está contenida la verdad sobre quién es Dios y lo mucho que nos ama. El Espíritu Santo conmueve los corazones con la verdad, pero siempre en armonía con la Biblia.
En el mundo se usan millones de relojes para saber la hora, pero el tiempo se mide y calcula con el movimiento de los astros. Quizá usted y yo dispongamos de un reloj que nos indica qué hora es, pero no será jamás la hora precisa. Los relojes no controlan la esencia del tiempo. Eso es asunto del Dios de las estrellas.
Así como las estrellas son la única referencia fiable para calcular el tiempo, la Palabra de Dios es para nosotros la única referencia fiable de la voz de Dios.  Siempre que pensemos que Dios habla al corazón o a la conciencia tendremos que contrastar esa voz con lo que dice la Biblia. Así como los relojes adelantan, atrasan o incluso se detienen, nosotros tampoco podemos dejar que la única guía para discernir entre lo correcto y lo incorrecto sea la voz interior. La Biblia es la única guía segura. No confíe en usted mismo. Basado en Mateo 28: 20

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

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