lunes, 22 de octubre de 2012

AGUDEZA VISUAL


Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. (Hebreros 12:2).

Una de las maravillas de la Creación de Dios es el ojo humano. Este órgano transforma los rayos de luz en impulsos nerviosos que luego llegan al cerebro; concretamente al centro visual, donde se descodifican y se transforman en imágenes. Son millones de células las que envían permanentemente esa detallada información al cerebro.
El ojo humano necesita pequeñas cantidades de oxígeno y de vitaminas A, C y E, así como caroteno. La vitamina A mantiene hidratada y en buen estado la capa que recubre el globo ocular, además de que ayuda a la formación de un pigmento sensible a la luz. Tanto la vitamina C como la E actúan como antioxidantes, que a su vez evitan la pérdida de la visión y la formación de cataratas.
Nuestros ojos nos permiten comprender mejor el entorno en el que nos desenvolvemos. Por eso es de vital importancia mantener la agudeza visual. De esa forma llegarán al cerebro únicamente los impulsos nerviosos apropiados para nuestro crecimiento espiritual. «Un rayo de la gloria de Dios, una vislumbre de la pureza de Cristo, que penetre en el alma, hace dolorosamente visible toda mancha de pecado, y descubre la deformidad de los defectos del carácter humano. Hace patentes los deseos profanos, la incredulidad del corazón y la impureza de los labios. Los actos de deslealtad mediante los cuales el pecador invalida la ley de Dios quedan expuestos a su vista, y su espíritu se aflige y se acongoja bajo la penetrante influencia del Espíritu de Dios. En presencia del carácter puro y sin mancha de Cristo, el transgresor se aborrece a sí mismo» (El camino a Cristo, cap. 3, p. 44).
Permitamos que los rayos de la luz de Cristo entren en nuestros ojos y nos den la agudeza espiritual que necesitamos con el fin de desechar lo malo y escoger lo bueno. Hidratemos nuestros ojos con el agua de vida y mantengamos funcionando adecuadamente nuestra visión al observar la ley de Dios.
Señor, transforma mi manera de ver las cosas de acuerdo con tu santa voluntad.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Perla Edith Sánchez

No hay comentarios:

Publicar un comentario