domingo, 11 de noviembre de 2012

NO HAY NADA MÁS DULCE


«Gracias a Dios que en Cristo siempre nos lleva triunfantes y, por medio de nosotros, esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento. Porque para Dios nosotros somos el aroma de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden» (2 Corintios 2:14,15, NVI).

¿Alguna vez has caminado por el campo y has arrancado flores para llevarle a tu mamá? Seguro que las pusiste en un florero con agua. ¿Llenaron de buen aroma tu casa? ¿Has notado que cada clase de flor tiene un aroma característico? El aroma es el olor de la flor A mí personalmente me gusta mucho el aroma de las rosas. Estas tienen un olor dulce que puede llenar toda una habitación.
Conocer a Jesús le da un dulce aroma a la vida. Si lees el versículo de hoy, notarás que menciona a los que se pierden. Eso significa que hay personas que no irán al cielo a menos que sepan de Jesús. Esa es nuestra responsabilidad: hacer que otros conozcan a Jesús. Háblale hoy a alguien acerca de Jesús y cuéntale a esa persona que no hay nada más dulce que él.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

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