martes, 12 de febrero de 2013

AMNESIA ESPIRITUAL


Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios (Salmo 103:2).

¿Has imaginado alguna vez cómo sería vivir con una memoria que te permitiera recordar únicamente lo que pasó hace unos pocos segundos y nada más? Tal era el caso de Clive Wearing, eminente músico y musicólogo inglés en 1985.
Clive había sufrido una devastadora infección cerebral, una encefalitis por herpes, que afecto las partes de su cerebro que tienen que ver con la memoria. Como resultado, perdió el acceso a todo su pasado y también la capacidad de recordar todo lo que sucedía después de siete segundos. Era como si cada vez que Clive parpadeaba, todo lo que experimentaba era totalmente nuevo. Clive tenía la impresión de que cada momento que estaba despierto era como si acabara de despertar de un sueño largo y profundo, pero sin saber dónde estaba y quiénes lo rodeaban. No podía tener una conversación porque no recordaba lo que acababa de decir. Estaba constantemente perdido: «¿Dónde está el baño?». No podía recordarlo por más que se lo habían repetido cientos de veces. Era como una interminable agonía.
En cierta ocasión, Clive dijo mientras un psicólogo lo observaba: «¿Puede imaginarse una noche que dure cinco años? Sin sueños, sin despertar, ni tacto, ni sabor, ni olor, ni vista, ni sonido, ni oído, nada de nada. Es como estar muerto. He llegado a la conclusión de que estoy muerto».
Por desgracia, esta es la situación en que se encuentran muchas personas en su relación con Dios. Debido a su ignorancia de la Palabra de Dios, no saben todo lo que él hizo a favor del ser humano en el pasado. Nada saben de la creación, de la historia de los patriarcas, de los profetas, y de la maravillosa vida y obra de Cristo Jesús. No solo han perdido la memoria del pasado remoto, sino que tampoco recuerdan lo que Dios hace constantemente por ellos. Olvidan cómo Dios los bendijo el mes pasado, o incluso la semana pasada. A causa de esa amnesia espiritual profunda viven en constante ansiedad. No saben que el Dios que actuó por ellos en el pasado, lo hará también en el presente y en el futuro.
¿Por qué no dedicar hoy tiempo para avivar la memoria? Hurga un poco en el baúl de tus recuerdos y encontrarás joyas del cuidado y el amor de Dios por ti que te darán paz. Sobre todo, aprende de nuevo lo que él ha hecho y está dispuesto a hacer por ti… y no dejes de recordarlo.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

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