lunes, 2 de enero de 2017

UN MATRIMONIO ARREGLADO

“De esa costilla Dios el Señor hizo una mujer, y se la presentó al hombre” (Génesis 2:22).

Cuando nuestro hijo Caleb tenía apenas dos añitos, ya habíamos decidido con quién se casaría: con Madeline Pierce. Uno de nuestros mejores amigos tuvo una niña al mismo tiempo en que nosotros tuvimos a Caleb. Y nosotros, los padres, instantáneamente supimos que aquella era “una señal del cielo”. ¡Un matrimonio destinado a realizarse! Por eso, el verano que Madeline pasó con nosotros dos semanas, lo preparamos todo para que hubiera romance infantil. Pero los dos niños se escupían el uno al otro. Él le quitó un cochecito a ella y ella le quitó su animalito de peluche a él (oh, y le quitó el cochecito nuevamente). Él la golpeó y ella gritó. Ella le metió los dedos en la boca y él la mordió. Se tiraron la comida y lloraron por tener que bañarse en la misma tina. No fue para nada el amor a primera vista que habíamos soñado.
Imaginemos el momento en que Adán y Eva se vieron por primera vez en el Edén. Fue amor a primera vista. Un romance perfecto, ¡una pareja hecha literalmente en el cielo! Pero hay algo importante que, tal vez, no sabias sobre este matrimonio perfecto: no se conocían con anterioridad. Sin embargo, a pesar de que eran los dos únicos seres humanos sobre la tierra, ambos conocieron a alguien más antes de conocerse mutuamente. Ese alguien era Dios: el primer rostro que vieron fue el de su Creador. Dios formó a Adán, que debió de haberse despertado viendo el rostro de Dios. Entonces, Dios formó a Eva y él se la presentó al hombre. Eso significa que Dios y Eva caminaron juntos antes de que ella conociera a Adán.
Si tú quieres encontrar a la pareja perfecta, “hecha por el cielo” especialmente para ti, te sugiero que sigas el orden que Dios estableció: camina con Dios primero, antes de encontrar a tu alma gemela. Los mejores romances son entre dos personas que conocieron a Dios primero, antes de conocerse el uno al otro. Tal vez aún no conozcas a la persona con la que vas a casarte, pero te puedes preparar para tu futuro matrimonio desde ahora, caminando con Dios cada día. Conócelo y aprende a amarlo a él primero. Esto es lo más importante que puedes hacer por tu futuro matrimonio, y puedes hacerlo desde ya.

Tomado de lecturas devocionales para Adolescentes 2017
FUSIÓN
Por: Melissa y Greg Howell
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