miércoles, 16 de febrero de 2011

UN CHAT CON LA REINA ESTHER

«Me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y si perezco, que perezca!» Ester 4:16.

Tú: ¡Qué bueno que se conecta, Su Majestad!
Ester: Sí, acabo de atender un asunto con el rey y me estoy tomando unos minutos de descanso.
Tú: Estuve viendo el concurso de Miss Universo. Me hizo recordar su historia.
Ester: Yo no deseaba participar en ese concurso, pero mi primo Mardoqueo me animó.
Tú: Pues a mí me parece que fue una excelente idea.
Ester: Es verdad. Así estuve en una posición estratégica para salvar a mi pueblo.
Tú: ¿Cómo fue que se animó ir a ver al rey? Era muy peligroso.
Ester: Es que yo tenía un compromiso moral. ¿Cómo iba a ser feliz en medio de tanta riqueza, sabiendo que mi pueblo estaba sentenciado a morir?
Tú: Además, según la historia, su primo Mardoqueo la animó a actuar, reconociendo que a lo mejor Dios la había puesto en ese lugar para que salvara a su pueblo.
Ester: No cabe duda de que así fue. Dios en su inmenso amor me colocó allí para interceder por mi pueblo. Yo me sentía comprometida a ayudarlo. ¿De qué me iba a servir todo el mundo si mi pueblo desaparecía?
Tú: Usted cumplió muy bien con su compromiso, y también se pudo salvar.
Ester: Gracias a Dios todo salió bien. Bueno, la conversación está muy interesante, pero tengo que seguir atendiendo los asuntos importantes del palacio.
Tú: Fue un privilegio que una reina se diera tiempo para charlar conmigo. ¡Saludos!
Ester: Pórtate bien.

Tomado de meditaciones matinales para menores
Conéctate con Jesús
Por Noemí Gil Gálvez

LA SAZÓN POR EXCELENCIA

Mejor es comida de legumbres donde hay amor, que de buey engordado donde hay odio (Proverbios 15:17).

En el argot popular existe una frase de lo más interesante: «Barriga llena, corazón contento». Recuerdo que cuando era adolescente escuché a una señora decir: «Yo me preocupo por mantener el estómago de mi esposo satisfecho, lo demás no me importa». En aquel momento me resultó de lo más extraño pensar en tener que pasar la vida atiborrando de comida a alguien para que se sintiera feliz y para llamar su atención. Aquella no era la idea que yo tenía del matrimonio.

Con el correr de los años he llegado a comprender que, aunque para la mayoría de los hombres los alimentos tienen una importancia especial, no constituyen más que una parle de sus necesidades. Es el amor, como nos dice el sabio Salomón, el que añade el punto exacto de sazón al hogar, dando ese toque distintivo y delicioso a la comida más sencilla. ¡Con cuánta frecuencia se presentan formidables banquetes con sofisticadísimas decoraciones, pero que apenas sirven de provecho para la familia! ¡Cuántas miradas de refilón y gestos de enojo sirven de aperitivito a muchas mesas repletas de alimentos suculentos!

A cada una de nosotras nos debe interesar velar para que nuestra familia sea alimentada correctamente. No importa que tengamos mucho o poco, Dios promete que nuestro pan y nuestra agua estarán asegurados, pero debemos preocuparnos por conocer los valores nutritivos de cada alimento y la mejor forma de elaborarlos y presentarlos para que proporcionen salud física, emocional y espiritual.


Un estómago lleno de comida basura no puede proporcionar una salud completa. Nuestro cuerpo se intoxica a causa de la negligencia al combinar ciertos alimentos. Como pueblo adventista tenemos el privilegio de gozar de una orientación muy amplia respecto a la nutrición más adecuada. Prestemos atención a esos consejos para que nuestra tarea como cocineras sea aprobada por Dios primeramente, y también por nuestra familia. Y recuerda, ante todo, añadir amor, ese condimento que suple completamente todas las necesidades de tu familia y que da el punto de sabor idóneo a la convivencia diaria.


El amor es la sazón por excelencia. Añádelo siempre a tu mesa.


Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

JESÚS, EL AMIGO DE TODOS

Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publícanos y de pecadores. Mateo 11:19.

El ministerio de Jesús en esta tierra no fue aceptado por todos. La clase religiosa de su época no podía admitir una religión para todos y esa enseñanza de Jesús les molestaba muchísimo. Para ellos, Dios manifestaba favoritismo hacia ciertas personas, y ellos formaban parte de esa clase favorecida. Por su parte, Jesús se mostró amigo de todos, incluso de la gente más despreciada de la sociedad de su época: los publícanos y pecadores.

Se llamaba "publicano" a la persona que recaudaba los impuestos para el Imperio Romano. Estas personas eran sumamente odiadas por cobrar más de lo debido y por juntarse con gentiles y traidores a la patria. Además, comúnmente se los consideraba personas poco religiosas, y a raíz de esto eran menospreciados socialmente. Las mismas Escrituras muestran la connotación negativa del término "publicano", ya que cuando alguien no hacía caso a la amonestación de la iglesia, debía ser tenido por "gentil y publicano" (Mat. 18:17), es decir, alguien con quien no se debía tener comunión.

Bajo la etiqueta de "pecadores" entraban en primer lugar todos los que sufrían cualquier clase de dolencia o defecto físico o alguna enfermedad incurable. Por esa razón los discípulos preguntaron del ciego: "Rabí: ¿quién pecó, este o sus padres?" (Juan 9:2), porque se daba por sentado que esa enfermedad era un castigo por sus pecados. También se le aplicaba el término "pecador" a los pobres, ya que se suponía que la prosperidad material era una recompensa por una vida religiosa fiel. Si alguien sufría de pobreza, era Dios quien lo estaba sancionando. Finalmente, en este mismo grupo, también se incluía a todos los que no se ajustaban estrechamente a la tradición de los judíos.

Como sabes, Jesús rompió con todos los patrones de su tiempo, y el Hijo de Dios, el Ser más perfecto que ha vivido en este mundo, fue amigo de publícanos y pecadores. Por supuesto, no solo fue su amigo, también fue amigo de los fariseos, los samaritanos, los romanos y de toda persona que quiso relacionarse con él.

Sí, Jesús fue el gran Amigo de todos, porque en su tremendo amor incluyó a toda la humanidad para que por su sangre tuviéramos redención. ¡Qué gran Amigo! Si hoy Jesús estuviera entre nosotros como lo estuvo hace dos mil años, seguramente querría ser tu amigo. Y tú, ¿aceptarías su amistad?

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

¡PERMANECED!

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Juan 15:4.

Vicente cree que es imposible ser cristiano. Se ha esforzado por andar en los senderos que aprendió desde su niñez pero, por más que lucha, no alcanza su objetivo. Eso lo deja frustrado y triste. El joven, de porte altivo y mirada desafiante, es un vencedor en otras áreas de la vida. A los 28 años, es presidente de una empresa que surgió en un cuarto de su casa. Hoy tiene, como sede, un edificio entero, de 5 pisos. En la vida profesional, Vicente es un vencedor.
-¿De qué me vale todo eso si, cuando nadie me ve, soy un pobre esclavo de mi naturaleza? -se pregunta, angustiado.
Y parece no encontrar la respuesta por ningún lado.
La respuesta a su pregunta está en las palabras de Jesús, registradas en el texto de hoy. El objetivo que este joven empresario persigue en la vida espiritual son los frutos: busca victorias, realizaciones; quiere vivir la satisfacción de una vida espiritual realizada. Es auténtico; rechaza la hipocresía y la mentira. La doble vida que lleva lo atormenta. No es feliz. Jesús enseña que los frutos son resultado de algo simple: relación. "Permaneced en mí y yo en vosotros", aconseja. Y concluye: "Sin mí nada podéis hacer".
Vicente no tiene tiempo para relacionarse con Jesús. El éxito empresarial es el resultado de su trabajo incansable; se levanta casi de madrugada y se acuesta bien tarde, después de un día agotador de actividades y de toma de decisiones.
Él ama a Jesús, y respeta los principios de la iglesia; por lo menos, se esfuerza por respetarlos aunque, en la intimidad, sabe que es un pobre derrotado. Cree que relacionarse con Jesús es asistir semanalmente a los cultos y tratar de ser bueno. Pero la vida ya le mostró que eso no da resultado; falta algo, y todavía no lo ha descubierto.
Relacionarse con Jesús, desde el punto de vista bíblico, es pasar tiempo diario con él, estudiando la Biblia y orando. No existe sustitución para estas actividades de la vida devocional: si no pasas tiempo diario con Jesús, simplemente no te relacionas con él, a pesar de lo que creas o lo que digas.
Hoy puede ser un día de victoria con Jesús. Pasar tiempo con él, de mañana, es como llenar el tanque del automóvil con el combustible que lo hará funcionar a lo largo del día. No salgas corriendo hacia las actividades de la vida. Recuerda el consejo de Jesús: "Sin mí, nada podéis hacer".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

martes, 15 de febrero de 2011

QUE DIOS DECIDA EL RESULTADO

“No tenga deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros”. Romanos 13:8.

El compromiso y la responsabilidad van de la mano. No solamente tenemos que hacer las cosas a que nos comprometemos: hay que hacerlas bien. “Ya no daré clases el año que viene”, pensaba la mujer en su casa aquella tarde. ”Sería bueno dar la oportunidad a otras personas: además, he invertido tanto tiempo y quién sabe si ha valido la pena”.

Cierto día, al abrir su correspondencia encontró una carta. “Qué raro”, se dijo. “Viene del campo de batalla”. Abrió el sobre, sacó la hoja y empezó a leer.

Querida maestra:
No me es posible escribir esta carta yo mismo, le pedí a otra persona de buen corazón que o haga por mí. Estoy en el hospital herido de gravedad, no tengo esperanzas de sobrevivir, pero antes quise escribirle esta carta para agradecerle lo que hizo por mí.
Recuerdo las lecciones de la Biblia que usted me enseñó. Quiero decirle que ha aceptado a Jesús como mi Salvador personal, y todo se lo debo a lo que usted hizo por mí.

La maestra no pudo seguir leyendo. ¿Cómo era posible que, cuando había perdido los deseos de seguir en la Escuela Sabática, recibiera esa carta? Cierto, a veces los resultados no se veían rápidamente, pero Dios prosperaría su trabajo más adelante. Decidió continuar al frente del grupo que durante tantos años su iglesia le había pedido que atendiera; esa era su misión. El compromiso debía continuar. Dios se encargaría de los resultados.


Tomado de meditaciones matinales para menores
Conéctate con Jesús
Por Noemí Gil Gálvez

AMOR POR ETAPAS

Las muchas aguas no padrán apagar el amor, ni lo ahogaran los ríos (Cantares 8:7)

"¡Y vivieron felices para siempre!", solemos leer al final de los cuentos románticos, como si todas las historias de amor tuvieran el mismo desenlace. Si no terminan con un beso mágico o con una música sublime, los cuentos, las novelas y las películas románticas pierden gancho comercial. Pero, ¿te has dado cuenta de que el instante en que termina la narración es precisamente, ese en el que comienza la realidad?

El noviazgo no es sino una etapa previa al comienzo de la pareja como tal, con compromiso, al inicio del resto de la vida juntos. ¿Comeremos perdices con nuestras parejas, o nos someteremos a una dieta rigurosa que poco a poco vaya apagando el amor?

Lamentablemente he escuchado frases como: «De novios me trataba de manera especial, pero de casados cambió, y yo desperté a la realidad». ¿Es posible que la luna de miel se convierta después en una noche de hiél?

Todas las etapas de la vida tienen su encanto y conllevan una responsabilidad. Por ejemplo, el noviazgo es una etapa muy romántica. La lucha por la conquista parece ser el motor que nos impulsa a esmerarnos por agradar a nuestra pareja. No escatimamos esfuerzos para que nuestro amado tenga una excelente opinión de nosotras. También es cierto que no tenemos tantas responsabilidades, pues es fácil que todo esté perfecto para recibir a nuestro galán y cautivar así su corazón sabiendo que pronto se irá. Pero en la etapa posterior al noviazgo, cuando tenemos tantas tareas que hacer todos los días, cuando llegan las distintas presiones que conllevan el matrimonio y los hijos, aquel romanticismo, aquellos momentos de contemplación mutua, van siendo relegados a un segundo plano, cuando no desaparecen completamente de la escena. ¿Realmente pueden los ríos diarios ahogar el amor?

Lucha por tu felicidad, sin hacer comparaciones, con un espíritu optimista y con mucha oración. Todas tenemos que enfrentar la rutina diaria, pero nuestro romanticismo, nuestro alimento emocional, indispensables para nuestra salud, no tienen por que ir desapareciendo hasta morir. El amor siempre encuentra una balsa en la que navegar.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

TODOS IGUALES

Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea, sin acepción de personas. Santiago 2:1.

Una característica común a todas las sociedades es la de discriminar a las personas. Los títulos académicos, la posición social, la raza, la religión, la edad o el sexo se constituyen dentro de muchos círculos como requisitos para pertenecer o ser rechazado. Mientras que entre los niños no hay distinción, y el que nació en una mansión podría jugar libremente con el niño del barrio más pobre, los adultos crean barreras y se discriminan unos a otros. Tristemente, esa manera de tratar a los demás, poco a poco se transmite de adultos a jóvenes y estos últimos la incorporan como propia.

Ese fue el caso de Daniel, un joven adventista que había llegado de otro país y se inscribió en nuestro colegio. Como todo alumno nuevo intentó integrarse a los que llevaban varios años estudiando juntos, pero su manera de hablar y sus rasgos faciales causaron que los otros jóvenes lo ignoraran y lo hicieran sentirse fuera de lugar. Con el paso de los meses, la soledad y su baja autoestima afectaron su aprendizaje, y todo el proceso resultó en un bajísimo rendimiento académico.

Como consejero de su curso, hablé con él por sus bajas calificaciones, pero en el transcurso de la conversación me di cuenta que el verdadero problema no era su capacidad intelectual, sino el sentido de desprecio que lo oprimía cada día.

¿Por qué en un ambiente cristiano y adventista había discriminación? ¿Por qué, si Dios nos considera a todos hijos suyos e iguales ante su presencia, los hombres edificamos barreras para excluir y separar? La respuesta obvia a estas preguntas es: por causa del pecado. Pero si decimos amar a Dios, ¿no imitaremos a Jesús, que murió por todos sin hacer acepción de personas?

No tienen valor las apariencias de religión ante Dios, si en el fondo del corazón albergamos el desprecio por otro ser humano. De nada valen los actos de bondad y desprendimiento, si nos creemos superiores a otros. La verdadera religión valora a todos por igual, como lo hizo Jesús, que se identificó con los publícanos, las rameras, los samaritanos y los más pobres, haciendo a un lado su título divino de Creador de toda la tierra.

Hoy Jesús te invita a que seas su amigo y lo imites en este aspecto. Acepta a todos por igual así como él te acepta a ti.


Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

DIOS SE REVELA

"Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría". Salmos 19:1,2.

Dios es un Padre de amor, que se interesa por la vida de sus hijos. Él no te creó y te dejó abandonado a tu triste destino. Desea guiarte, y llevarte al puerto deseado de la felicidad. El problema es que, en este mundo, hay tantas voces que te dicen lo mismo y, a veces, tienes dificultades para identificar la voz de Dios. Pero, él siempre está a tu lado, llamándote e invitándote a vivir una experiencia de amor con él.

El versículo de hoy dice que la naturaleza cuenta la gloria de Dios. Te habla de muchas maneras: mediante el canto del pajarillo; cuando abre una flor; de manera dulce, en la brisa mansa de la tarde calurosa, o de manera enérgica, en la voz del trueno. Pero, te habla. La pregunta es: ¿entiendes lo que la naturaleza te comunica? ¿Tienes tiempo para detenerte y observar lo que sucede a tu alrededor, o vives demasiado ocupado y ansioso con las cosas de esta vida?

Es una pena que, a veces, el ser humano, al observar la belleza de los astros y de la naturaleza, empieza a adorar las cosas creadas, y no al Creador. Cuánta gente se pierde en los recovecos del misticismo y de la astrología, en lugar de volver sus ojos al Dios maravilloso que creó todo aquello. La próxima vez que veas un arco iris, el vuelo de una mariposa o la salida del sol, trata de escuchar la voz de Dios.


El Señor desea comunicarse contigo no solo a través de su Palabra, sino también por medio de la naturaleza. Cuídala, obsérvala, protégela; y trata de aprender las lecciones que ella te puede proporcionar.


Haz de este un día de observación. Por el camino en que te diriges a tu trabajo, a tu colegio; en el jardín de tu casa o de la universidad; en la calle; en fin. Haz una pausa, observa lo que Dios creó, alza los ojos al cielo, mira el cielo azul o cubierto de nubes, y pregúntate a ti mismo: "¿Qué lecciones quiere enseñarme Dios, a través de las cosas simples que la naturaleza me muestra?"


¡Ah!, y no te olvides: "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría".



Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón