martes, 15 de febrero de 2011

AMOR POR ETAPAS

Las muchas aguas no padrán apagar el amor, ni lo ahogaran los ríos (Cantares 8:7)

"¡Y vivieron felices para siempre!", solemos leer al final de los cuentos románticos, como si todas las historias de amor tuvieran el mismo desenlace. Si no terminan con un beso mágico o con una música sublime, los cuentos, las novelas y las películas románticas pierden gancho comercial. Pero, ¿te has dado cuenta de que el instante en que termina la narración es precisamente, ese en el que comienza la realidad?

El noviazgo no es sino una etapa previa al comienzo de la pareja como tal, con compromiso, al inicio del resto de la vida juntos. ¿Comeremos perdices con nuestras parejas, o nos someteremos a una dieta rigurosa que poco a poco vaya apagando el amor?

Lamentablemente he escuchado frases como: «De novios me trataba de manera especial, pero de casados cambió, y yo desperté a la realidad». ¿Es posible que la luna de miel se convierta después en una noche de hiél?

Todas las etapas de la vida tienen su encanto y conllevan una responsabilidad. Por ejemplo, el noviazgo es una etapa muy romántica. La lucha por la conquista parece ser el motor que nos impulsa a esmerarnos por agradar a nuestra pareja. No escatimamos esfuerzos para que nuestro amado tenga una excelente opinión de nosotras. También es cierto que no tenemos tantas responsabilidades, pues es fácil que todo esté perfecto para recibir a nuestro galán y cautivar así su corazón sabiendo que pronto se irá. Pero en la etapa posterior al noviazgo, cuando tenemos tantas tareas que hacer todos los días, cuando llegan las distintas presiones que conllevan el matrimonio y los hijos, aquel romanticismo, aquellos momentos de contemplación mutua, van siendo relegados a un segundo plano, cuando no desaparecen completamente de la escena. ¿Realmente pueden los ríos diarios ahogar el amor?

Lucha por tu felicidad, sin hacer comparaciones, con un espíritu optimista y con mucha oración. Todas tenemos que enfrentar la rutina diaria, pero nuestro romanticismo, nuestro alimento emocional, indispensables para nuestra salud, no tienen por que ir desapareciendo hasta morir. El amor siempre encuentra una balsa en la que navegar.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

No hay comentarios:

Publicar un comentario