En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. 1 Corintios 16:1.En los tiempos de los apóstoles, la iglesia cristiana sufrió una gran persecución por parte de los dirigentes judíos debido al crecimiento que estaban teniendo. Fue tan terrible el acoso social y religioso, que el hambre se hizo sentir terriblemente entre los habitantes cristianos de Jerusalén. Los apóstoles tomaron medidas en ese problema y recurrieron a la dadivosidad de los hermanos de otras regiones para obtener socorro. Según el registro bíblico, las iglesias de Galacia y de Corinto sirvieron con sus ofrendas a los hermanos menos afortunados.Otra de las maneras de servir que se practica en las iglesias adventistas es a través de sus ofrendas y pactos. Las ofrendas son un donativo voluntario y desinteresado, que es dado para ayudar, en algunos casos, a la iglesia local para un proyecto definido. Mientras todavía vivía con mis padres en mi ciudad natal, con los jóvenes de la iglesia decidimos recolectar fondos para hacer una cancha de voleibol. Yo fui el encargado de visitar a los hermanos para que colaboraran con este proyecto, y al cabo de un mes, gracias a la generosidad de muchos, habíamos alcanzado el monto propuesto por los al-bañiles. Realmente fue gratificante visitar a personas que se alegraban de poder solventar una necesidad de los jóvenes. Pero es necesario también recordar que las ofrendas ayudan a pagar los impuestos, el gas, la energía eléctrica y todo tipo de servicio que los templos necesitan para poder funcionar con comodidad.Por otro lado, todas las iglesias adventistas dan cada trimestre una ofrenda especial para ayudar a los hermanos de alguna zona distante del mundo. El informe misionero mundial nos trae relatos de cómo avanza la obra en diferentes partes de la tierra, y nos incentiva a donar generosamente parte de nuestros recursos para construir capillas, colegios, sanatorios y comedores comunitarios. Sin lugar a dudas, las ofrendas son parte del servicio cristiano que Dios espera de nosotros.Cada sábado Dios nos da la oportunidad de servir a otros con nuestros recursos económicos, porque desea perfeccionar nuestro carácter para el reino de los cielos. Allí, cada ser que tenga vida no vivirá de manera egoísta, sino que todos los seres creados vivirán para servir a otros y a Dios. Prepárate desde ahora para ese servicio y pon tus recursos en las manos de Dios.Tomado de meditaciones matinales para jóvenesEncuentros con JesúsPor David Brizuel
Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. Eclesiastés 3:11.-¡Señor, quiero vivir! ¡Por favor, déjame vivir!La voz de Adolfo, quebrada por el dolor, penetraba, como cuchillo afilado, en el alma de las personas que lo amaban; nada podían hacer para ayudarlo. Hay ocasiones en que, literalmente, te sientes inútil, incapaz de hacer algo para aliviar el sufrimiento ajeno. De repente el dolor de tu hermano pasa a ser el tuyo, pero eso no lo alivia. Entonces, te desesperas, buscas explicaciones por todos los lados, y tu única respuesta es el silencio.El versículo de hoy manifiesta que Dios lo hizo todo hermoso "en su tiempo". En otra parte, el sabio Salomón afirma que hay tiempo para todo: para vivir y hasta para morir. ¿Puede ser hermoso el tiempo de morir? ¿Para quién?El lamento triste y el clamor desesperado de Adolfo tenían sentido: Dios ha "colocado eternidad" en el corazón de los seres humanos. No fuimos creados para morir, sino para vivir. Adolfo era un joven de apenas veinte años, con deseos de vivir; el anhelo de eternidad estaba en su corazón. Pero, desdichadamente, vivimos en un mundo de tristeza, enfermedad y muerte. Y Salomón declara que "el hombre no alcanza a entender la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin".En el corazón de Adolfo y de sus amados, se libraba una lucha terrible entre el "deseo de eternidad" y el "entendimiento de la obra de Dios". Naturalmente, la muerte no es obra de Dios; pero, desde el momento que él es Dios, cualquier cosa sucede solo porque él lo permite. Y ¿por qué Dios permite la muerte de un joven de veinte años? En esta vida, no alcanzaremos a entender ese misterio. Pero, tenemos la promesa de que hasta el suspiro final puede ser hermoso para quienes confían en el amor maravilloso de Dios.Adolfo falleció consumido por el Sida. Su muerte hizo reflexionar a muchos jóvenes. ¿Quién sabe? Quizás el dolor por el que Adolfo y sus queridos pasaron ¿no sería el instrumento que Dios usó para rescatar tantos otros jóvenes que jugaban peligrosamente con la vida?Por eso, hoy, aunque rodeado por circunstancias difíciles de entender desde el punto de vista humano, confía en el Señor. Y recuerda que: "todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin".Tomado de meditaciones matinales para adultosPlenitud en CristoPor Alejandro Bullón
Habrá grandes terremotos y, en diferentes lugares, hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo. (Lucas 21:11)Ascendió a más de 28,000 la cifra de muertos y desaparecidos por el terremoto de China que tuvo lugar el día 15 de mayo de 2008. Aquel fue un día aciago en la historia de ese gran país, el más poblado del mundo. Más de 25,000 personas sepultadas. La noticia del desastre acaparó la atención de los medios de comunicación del mundo entero. Numerosas ciudades situadas a los alrededores del epicentro del movimiento telúrico quedaron completamente asoladas. Barrios enteros desaparecieron de un día para otro, a pesar de los persistentes esfuerzos de las fuerzas de rescate y de los organismos internacionales.Ese desastre natural conmovió todos los corazones humanos. Muchos países mostraron sus condolencias a las autoridades chinas. Nosotros, los cristianos, veíamos cómo las profecías una vez más se cumplían mientras el ser humano, inmerso en su supervivencia, no comprende que la vida está a punto de comenzar, y no de terminarse como a veces piensan. Las señales predichas por el Maestro son una muestra de que su venida está mucho más cerca de lo que pensamos. ¿Estás preparada para ese acontecimiento?Mientras veía las imágenes del horrendo cataclismo, sentía gran dolor por aquellas madres que perdieron a sus hijos y por aquellos hijos que lo perdieron todo. Aquel dolor tan intenso me hizo pensar en el día en que los cielos se enrollarán como un pergamino y los cimientos de la tierra serán conmovidos por el acontecimiento más glorioso y trascendental del universo: la segunda venida de nuestro Salvador. Cuántas lágrimas serán enjugadas entonces, cuántos hijos restituidos a sus madres, cuántas familias arrebatadas por la muerte se encontrarán en un nuevo abrazo.Sí, la tierra gime, el corazón se quiebra de dolor, la enfermedad gana terreno y la ciencia busca desesperadamente solución para todas las demandas del ser humano. Este mundo parece un caos. Pero no estamos pérdidas, ni tampoco nuestras familias, porque en los brazos de Jesús hay salvación.Mira más allá del desastre temporal y divisarás la gloria celestial.Tomado de meditaciones matutinas para mujeresDe la Mano del SeñorPor Ruth Herrera
Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Galatas 5:13.Luego de que la iglesia cristiana fuera establecida, los apóstoles vieron surgir una necesidad que debían suplir antes de seguir predicando. Siguiendo el ejemplo de Jesús, los primeros cristianos no solo anunciaban el evangelio sino que procuraban ayudar a los desamparados sociales, y en ese aspecto las viudas y los huérfanos eran los más desprotegidos y quienes más ayuda necesitaban.A estas personas, además de hablarles de Cristo, se las ayudaba diariamente con alimentos para su sustento. Debido a que no todos en la iglesia estaban plenamente convertidos por el Espíritu Santo, cuando se hacía la repartición entre las viudas se favorecía a las viudas judías, descuidando a las viudas griegas. La queja no se hizo esperar, ya que el evangelio promovía la igualdad delante de Dios y entre los hombres (Sant. 2:9), y los apóstoles vieron interrumpida su tarea misionera."Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la Palabra de Dios, para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo" (Hech. 6:2, 3). Fue así como surgieron los primeros diáconos: hombres y mujeres dispuestos a servir dentro de la iglesia.En la actualidad, las tareas del diácono son muy importantes, aunque a veces parezcan simples. Juntar las ofrendas, cambiar una lámpara quemada, acomodar el micrófono, prender y apagar las luces, arreglar un grifo que pierde agua continuamente, son parte de las tareas que se realizan en servicio a la iglesia. Y aunque al realizar un bautismo o una Santa Cena, nadie nombre a los que limpiaron la iglesia, a quienes ordenaron el arreglo floral o quienes movieron el pulpito y las bancas para que la iglesia estuviera presentable para esa ocasión especial, Dios ve esos actos abnegados y para ellos dará su recompensa (Mar. 9:41).Dios espera que cada cristiano sirva por amor a sus semejantes así como Jesús vivió sirviendo a la humanidad. La iglesia es de todos y para todos, por eso debemos entre todos servirnos unos a otros con el mismo amor con que Jesús nos sirvió.Tomado de meditaciones matinales para jóvenesEncuentros con JesúsPor David Brizuel
Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo [...] por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis. 2 Tesalonicenses 1:3,4.La fe no es estática; el crecimiento es la evidencia de la fe auténtica. Y los instrumentos del crecimiento de la fe son, básicamente, dos: la comunión diaria con Jesús y el dolor. Dios permite que pasemos por momentos difíciles, a fin de hacernos crecer. ¿Cómo sabrás tú si confías de verdad en Dios y en sus promesas, si nunca pasaste por el valle del dolor y de las lágrimas? Es en la hora de la dificultad que te das cuenta de hasta qué punto tu fe es un sentimiento o un principio. Es en el fuego que el oro se purifica; es en el dolor del esmeril que el diamante se pule; y es en las lágrimas y las pruebas que la fe del cristiano crece.La iglesia de Tesalónica fue un ejemplo: en el dolor de la persecución, la fe de los tesalonicenses creció. El problema con los seres humanos es que no nos gusta el dolor; y es correcto que así sea: a fin de cuentas, Dios no nos creo para sufrir; el dolor apareció, en el escenario humano, después de la entrada del pecado.Pero, ya que el dolor es inevitable, Dios lo toma y lo transforma en un instrumento de crecimiento y de formación. El dolor nos ayuda a desarrollar la fe; en el sufrimiento, ejercitamos la confianza en las promesas divinas, y el ejercicio es fuente de desarrollo.Por eso, si hoy tienes delante de ti un motivo de dolor, y si el primer pensamiento que acude a tu mente es que Dios no se preocupa por ti, aleja esa idea y empieza a ejercitar la fe. ¿Qué significa esto? Que, aunque no vislumbres solución alguna para el problema que enfrentas, debes creer que ese problema ya está solucionado. Dios siempre sabe lo que es mejor para ti. Puedes no entenderlo ahora, pero confía: el Señor jamás falló con las personas que confiaron en él. "Al que a mí viene, no lo echo fuera", aseguró cierta vez. Y no lo hará contigo.No salgas de casa sin recordar las palabras de Pablo: "Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo..., por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis".Tomado de meditaciones matinales para adultosPlenitud en CristoPor Alejandro Bullón
Compartid las necesidades de los santos y practicad la hospitalidad. (Romanos 12:13).Por último, aunque no menos importante. Pablo nos exhorta a recuperar la práctica de la hospitalidad. Esta palabra produce pánico en nuestros días. ¿Por qué? Por la falla de amor. El mismo Cristo lo dijo: «Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará» (Mat. 24: 12). La maldad de nuestros días nos ha puesto difícil ser hospitalarios por los riesgos que entraña. Dios, que conoce el fin desde el principio, profetizó cómo evolucionaría la humanidad con respecto al amor, pero de ninguna manera estimuló dicha actitud en nosotros, sino la contraria. La exhortación que recibimos a través del apóstol sigue siendo de vital importancia para nosotros hoy, si queremos desarrollar realmente el amor en toda su plenitud.¿Has pasado alguna vez por una situación difícil en la que hayas sentido la frialdad de las personas que podrían haberte ayudado? ¿Has pensado en lo mal que se pueden sentir otros que tienen menos que tú? Recuerda que el principio básico del amor es dar no recibir. Cuando te sientas deprimida porque unos tienen para desperdiciar mientras que a ti te falta para cubrir tus necesidades básicas, mira hacia el cielo. Dios te da en forma abundante aunque tú no le des nada a cambio. ¡Eso es amor! ¿Amas tú así?La conocida expresión «rio esperes que los demás hagan por ti lo que tú no estés dispuesto a hacer por ellos» no es aplicable a Dios, porque Dios ama incondicionalmente. A él no le afecta en lo más mínimo tu conducta, si amas o no, si eres feliz o no, si prosperas o no. Pero su corazón sí sufre, porque desea que su amor por ti sea correspondido.Seguramente pensarás: «¿Cómo puedo hospedar a alguien que no conozco? En los tiempos bíblicos era distinto, no había tantos peligros». Y tienes razón, hasta cierto punto. La buena costumbre que tenían los patriarcas de velar para que nadie se quedara a la intemperie durante la noche es imposible de llevar a la práctica en nuestros días. Pero la esencia de esta costumbre no está obsoleta.Tomado de meditaciones matutinas para mujeresDe la Mano del SeñorPor Ruth Herrera
Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. 1 Corintios 11:26.El lavamiento de los pies, también llamado "el rito de humildad", tiene el propósito de que veamos a nuestro prójimo como superior a nosotros mismos. En un mundo lleno de avaricia y egoísmo, donde todos desean superar a los demás y ser importantes a la vista de las multitudes, el cristianismo muestra las virtudes de vivir humildemente, y destaca la figura de Jesús como un ejemplo sagrado.Jesús no debía ser el siervo de nadie. No tenía la obligación de agacharse y lavar los pies sudorosos y llenos de polvo de sus discípulos, porque era el Rey del universo y el Mesías prometido. Sin embargo, lejos de toda ostentación y exaltación propia, el Cordero de Dios "se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido" (Juan 13:4, 5).Muchos creen que es bíblico santificar el domingo para recordar la muerte y la resurrección de Cristo, pero Pablo señala que el recordativo es diferente al domingo. "Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga". Comer juntos el pan sin levadura y el jugo de uva no fermentado recuerda a cada cristiano reflexivo que Cristo murió por sus pecados, para que tenga la esperanza de la salvación y la vida eterna. Es un gran privilegio participar de esta ceremonia solemne.Quizás a esta altura te preguntes si es necesario participar de todo esto. Te diré que es más necesario de lo que muchos piensan. Después del bautismo, cada persona debe transitar el camino cristiano. Como el enemigo no está dispuesto a perder un alma, llenará el camino de tentaciones para que los hijos de Dios ensucien "sus pies" cayendo en pecado. ¿Quién, después de su bautismo, no se ha tenido que arrodillar para pedirle perdón a Dios por haber caído? Luego de esas caídas no es necesario volver a bautizarse, porque para eso el Señor dejó establecido el rito de humildad y la Cena del Señor para que volvamos a consagrar la vida a Dios.¡Qué Ser maravilloso es nuestro Dios! Es el privilegio de cada cristiano participar de los ritos que Dios mismo creó. Participa de cada uno de ellos con alegría, recordando que son para tu bien presente y eterno.Tomado de meditaciones matinales para jóvenesEncuentros con JesúsPor David Brizuel
¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 1 Corintios 15:55.El versículo de hoy nos habla de la esperanza en relación con la muerte. Creo que la muerte asusta a todos. Para morir, basta estar vivo. La muerte es, tal vez, la experiencia humana más dolorosa; no para el que muere, sino para los que sobreviven.¿Estás, en este momento, enfrentando la muerte reciente de un ser querido? Hay muertes que marcan terriblemente, no es fácil. Mientras vivas en este mundo, seguirás enfrentando la muerte. Pero San Pablo, escribiendo a los corintios, habla de la victoria de Jesús sobre la muerte: será el último enemigo de Jesús en ser derrotado. Cuando el Señor aparezca en las nubes de los cielos, la muerte será tragada, porque los sepulcros se abrirán y los muertos en Cristo resucitarán.Como un anticipo de esa victoria y para darle una base segura a esta promesa, Jesús resucitó al tercer día. La resurrección de Jesús colocó la estocada fatal en el corazón mismo de la muerte. A partir de ese día, el enemigo sabía que el instrumento que utiliza para hacer llorar a los hijos de Dios es ya un instrumento inservible.Por lo tanto, tú y yo debemos descansar en la certeza de esta esperanza: la muerte puede sorprendernos, pero resucitaremos cuando Jesús vuelva; no hay la menor duda de eso. Millones de ángeles serán testigos del resurgimiento de la vida; el universo entero cantará hosannas a Dios.Pero, de acuerdo con San Pablo, en la Epístola a los Tesalonicenses, el mundo, hoy, está dividido en dos grupos: aquellos que no conocen a Jesús se desesperan, y creen que la muerte es el fin de todo; pero quienes creen en Jesús tienen la esperanza de la resurrección. ¿A qué grupo perteneces?El otro día, alguien me preguntó "¿Cómo resucitará el que fue incinerado? ¿Dónde encontrarán sus cenizas?" No te preocupes con eso: la resurrección es un milagro, y el mismo Dios que tiene el poder de resucitar, ¿no tendrá poder para traer cada grano de ceniza desde cualquier rincón del mundo?Que este sea un día de esperanza, para ti y para tus amados. Huye de la muerte. Cuida la vida, que es el más precioso don. Pero, si la muerte toca a algún ser querido, descansa en las promesas maravillosas de Jesús. Un día, tú preguntarás: "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?"Tomado de meditaciones matinales para adultosPlenitud en CristoPor Alejandro Bullón