Ya no me llamen Nohemí, repuso ella. «Llámenme "Mará, porque el Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura. (Rut 1:20 NVI).Cuando nacemos, nuestros padres nos inscriben en el registro civil con los nombres que han escogido para nosotros. Y aunque nuestro nombre nos acompañará toda la vida, resulta irónico que en realidad nosotros no hayamos tenido nada que ver con su elección. Sucede a veces que no estamos conformes con el nombre que nos han puesto y deseamos cambiarlo por otro. Si bien hay personas que lo han hecho, por lo general todo el mundo conserva el que le han puesto sus progenitores.Por tradición todos en mi casa tenemos nombres bíblicos. Cuando era pequeña me resultaba chistoso pronunciar los largos nombres de mis abuelos. Más tarde comprendí que era un honor llevarlos porque se aseguraba de alguna forma la continuidad de esas personas.El texto de hoy nos presenta a una mujer que cambió su nombre, caso extraño en Israel, pues el nombre era considerado casi una señal del destino. Quizás fue por eso que Noemí, «la placentera», la que tenía augurada una vida feliz, ahora envuelta en amargura, desconsolada por la pérdida de sus hijos y de su esposo, regresaba a su tierra natal trayendo no solo su pena, sino un nuevo nombre que le permitiera poner distancia con su vida anterior: «Amarga». Sí, ese era el nombre que había escogido. «El Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura», decía mientras trataba de explicar a otros su desdicha.A veces la vida no sigue el curso que habíamos planificado. Por el contrario, comienzan a llegar tristezas, enfermedades, separaciones y hasta la muerte, cargando de gran amargura nuestra alma. ¿Te sientes identificada con Noemí, «la amarga»? ¿Al igual que ella, piensas que el Todopoderoso te ha afligido? La historia le demostró que su nombre original era el correcto, que Dios no la había afligido y que estaba al tanto de su sufrimiento.De igual forma Dios vela por ti. Quizás no comprendas los caminos divinos, pero si de algo puedes estar segura es de que algún día recibirás un nombre nuevo que te coronará como triunfadora por toda la eternidad.Señor, ayúdanos a recibir esa piedrecita blanca con nuestro nuevo nombre.Tomado de meditaciones matutinas para mujeresDe la Mano del SeñorPor Ruth Herrera
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Eclesiastés 3:1.Ayer hablamos de que no es aconsejable demorar o apurar al amor por el hecho de que nuestros amigos tengan una relación amorosa. Hoy mencionaremos algunos pasos a tener en cuenta que pueden ayudarte a que hagas tu elección en el momento apropiado.Marcelo no aguantaba estar emocionalmente solo y siempre tenía una novia o estaba pensando en alguna señorita para enamorarla. Era su costumbre, lo había hecho así desde los trece años y a medida que dejaba la adolescencia y entraba en la juventud se intensificaba tal manera de ser.Con algo más de 22 años y después de haber estado sin novia por un largo período, formalizó con una joven que se enamoró de él rápidamente. Aunque no se conocían demasiado al principio, la relación fue creciendo, pero mientras ella más se enamoraba, él más se daba cuenta de que había cometido un error, ya que había aspectos de la personalidad de su novia que no le agradaban. La relación siguió por mucho tiempo, y cuando Marcelo tuvo el valor de darle un corte definitivo, ella amenazó con matarse. El noviazgo continuó, pero él sentía que no la amaba, y aunque oraba al respecto, se convenció de que esa relación era un error. Finalmente, después de casi dos años, terminó el noviazgo, con un daño emocional terrible para ella.¿Qué hubiera evitado el sufrimiento de ambos? En primer lugar, antes de formalizar el noviazgo, debían haberse conocido como amigos. La amistad te permite conocer los gustos de una persona, descubrir su temperamento, mirar al futuro y proyectar si todo va a funcionar sin que ninguno de los dos salga lastimados. El peligro de "enamorarse del amor" es justamente el de pasar por alto la etapa de la amistad y comenzar con el noviazgo, que es una relación mucho más íntima y profunda en lo emocional y sentimental.Las Escrituras dan su consejo en este aspecto al decirnos: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se hace debajo del cielo tiene su hora". Está el tiempo para conocerse, formar una amistad, comenzar un noviazgo y entonces, si la relación crece y ambos están conformes con lo vivido, el matrimonio. Marcelo terminó a tiempo a pesar de su error, ya que si se hubiera casado con esa señorita, su matrimonio habría fracasado. Aunque estamos viviendo en un campo en que todo sucede velozmente, el amor no es un juego, y hay etapas y momentos que hay que vivirlos, para no pagar luego las consecuencias. Dios nos aconseja "Todo tiene su tiempo", para que evites aquellos dolores sentimentales que te quitarán, al menos por un tiempo, la alegría de vivir la juventud.Tomado de meditaciones matinales para jóvenesEncuentros con JesúsPor David Brizuela
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41:10.Rafael lo vio. Se acercaba lentamente, con paso firme pero sin prisa. Aquella figura deslumbrante miraba a su alrededor, buscando algo. Rafael tuvo la impresión de que aquel ser angelical lo buscaba a él.Pensó que no lo vería, escondido tras el miedo. Pero no fue así. Sintió que la mente de aquel hombre se extendía hacia él. Sintió cómo su pensamiento penetraba en el suyo. Se volvió lentamente, y caminó hacia él. Quedó paralizado. El miedo había desaparecido, y la paz envolvía por completo sus sentimientos. Sucedió a orillas del río Aguaitía, en la selva peruana, la noche en que los guerrilleros de "Sendero luminoso" mataron seis policías y 18 campesinos. Rafael fue el único sobreviviente. Afirma que la aparición de aquel ser asustó a los guerrilleros, y salvó su vida.A lo largo de la historia, en todos los tiempos y en todos los lugares, Dios siempre ha cumplido su promesa. En el momento de dificultad, ahí está él, con la mano extendida para ayudar al hijo que clama con fe. No hay crisis que no conozca; no existe dolor que no entienda; no hay sufrimiento que no vea.En este preciso instante, las sombras de la angustia pueden rodear tu vida. Ejércitos enemigos pueden cercar la ciudadela de tu alma. Puedes tener la impresión de que ya no tienes fuerzas y de que está todo perdido. Pero, el Señor prometió que te librará. Lo hará de dos maneras. "Soy el Dios que te esfuerzo", dice. Te infunde poder, cuando estás invadido por el temor; te usa a ti mismo para derrotar las fuerzas enemigas. Pero, si fuere necesario, opera milagros. Te libra maravillosa, incomprensible y divinamente.No temas enfrentar los desafíos que la vida te presenta hoy. No importa cuan grandes sean tus adversarios. Lo que interesa es que tu Dios no conoce de derrotas, y en este momento está listo para sustentarte con la diestra de su justicia. ¡Esa es su promesa!Por eso, parte hoy con las palabras de Dios en tus oídos, que te dice: "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré, con la diestra de mi justicia".Tomado de meditaciones matinales para adultosPlenitud en CristoPor Alejandro Bullón
En sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin manan delante del trono de Dios (Apocalipsis 14:5).Resulta interesante notar que nuestra boca es testigo de nuestra conducta. Aunque no siempre los testigos son fieles, en un juicio se trata de hallar la verdad por medio de testimonios sólidos, sin contradicciones. Por supuesto, no en todos los casos se logra. La historia recoge innumerables juicios en que algunos testigos no han sido fieles y una sentencia condenatoria ha recaído sobre personas inocentes.Este texto de hoy nos amonesta a que en nuestra boca no sea hallada mentira. Tal vez te preguntes: ¿Es que acaso existe alguien que nunca haya dicho una mentira? Yo no creo que Dios nos pida que nunca hayamos cometido pecado para considerarnos sin mancha delante de él. Si así fuera, no necesitaríamos la justicia de Cristo ni su sangre redentora. Más bien pienso que Dios se refiere a aquellas personas que, aunque pecadoras y sujetas a errores, no se complacen en la mentira y buscan constantemente la verdad.¡Cuan grande es el amor divino! Yo, una mujer manchada por las consecuencias del pecado, puedo ser hallada sin mancha, limpia, inmaculada, pura, delante de los ojos de un üíos santo. ¿Te has puesto a pensar que tu pasado puede quedar completamente emblanquecido por la sangre preciosa de tu Salvador, Cristo Jesús? Quizás venga a tu mente el recuerdo tormentoso de algunas mentiras que causaron mucho sufrimiento a otras personas. Quizás una difamación, una crítica demasiada dura, algo que no era totalmente verdad y que afectó e hirió corazones inocentes... Puede ser que tal recuerdo te atormente y que la culpabilidad no te deje permanecer con la trente en alto.Aunque es cierto que las consecuencias se sufren, no es menos cierto que Dios tiene un bálsamo consolador, una lejía potente y un amor capaz de sanar las heridas más profundas. Es ese Dios el que te invita a presentarte ante su presencia con un corazón sucio y manchado por el pecado, pero con la fe en que será transformado por su gracia redentora. Entonces serás sin mancha delante de su presencia.Clama fervientemente: «Señor, quiero estar en tu presencia vestida con el manto de justicia de Cristo».Tomado de meditaciones matutinas para mujeresDe la Mano del SeñorPor Ruth Herrera
Os conjuro, oh doncellas dejerusalén, que no despertéis ni hagáis velar el amor, hasta que quiera. Cantares 8:4.La poesía que compone el libro de Cantar de los Cantares tiene varios versos que se repiten. El propósito que tenían los escritores hebreos en la repetición, algunas veces con palabras iguales y otras veces con palabras similares, era el de resaltar la enseñanza que querían compartir.El versículo de hoy se repite numerosas veces en el libro y siempre quien lo dice es la sulamita, esposa de Salomón, y el mensaje es claro: no apures ni hagas esperar el amor, hasta que aparezca.Es común que aquellos que tienen amigos con quienes han compartido muchos momentos, sientan el vacío cuando uno de ellos formaliza una relación de noviazgo. La persona amada toma tal importancia en la vida del enamorado, que sin querer, los amigos pasan a un segundo lugar en tiempo, afectos y actividades a compartir. Todo esto, además de ser común, debe ser así, para que la relación especial crezca y madure.Como no todos perciben las cosas de la misma manera, los amigos(as) de quien inicia un noviazgo, pueden sentir celos y hasta deseos de ocupar el mismo lugar del que está viviendo la experiencia de enamorarse. El vacío y el sentido de soledad que queda en esos amigos, a veces los hacen pensar que ellos también necesitan formalizar un noviazgo.Una de mis alumnas estaba muy enamorada, llevaba varios meses de noviazgo serio y responsable, y no podía ocultar su amor y felicidad ante las amigas presentes. En un momento en que se alejó, dos de esas amigas expresaron: "¿Por qué algunas personas pueden ser felices y otras tenemos que estar solas? Yo desearía con todo mi corazón estar viviendo algo así, pero no puedo". Le recordé a esa joven que tenía toda la vida por delante, que no había necesidad de apurarse para lograr algo que tarde o temprano llegaría.La sulamita y Salomón intentaron dejar esa enseñanza: no te apures en tener un amor. Dios conoce tus tiempos, conoce a la persona que te hará feliz y a su vez será feliz contigo, y no necesitamos "ayudar" al Señor para que esa persona especial aparezca. "Despertar" o "hacer velar" (hacer esperar) el amor cuando llega, puede entorpecer la relación y arruinarla. No te sientas mal por los sentimientos de vacío o de soledad que puedas tener al ver lo que otros están disfrutando, ya que Dios también sabe de tus necesidades afectivas y las suplirá para que disfrutes de la vida.Tomado de meditaciones matinales para jóvenesEncuentros con JesúsPor David Brizuela
Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia. Salmo 103:8.Washington, la capital estadounidense, se pone cada vez más triste. El otoño se va; se aproxima el invierno. El frío llega. El calor desaparece.El frío me incomoda. No me gusta; para mí es sinónimo de tristeza. El mundo queda menos colorido; la vida se marchita. Como las hojas, que ayer mostraban su esplendorosa acuarela, y hoy yacen en el suelo, muertas.Cuestión de gustos. A otros no les agrada el verano. Y la vida continúa. ¿Dije vz'íffl? No es de vida que habla la carta que alguien me entregó anoche, al concluir la reunión. La narración que tengo en mis manos es una triste historia de muerte, de fracasos, de chascos y traición.¡Ya escuché tantos dramas en la vida!; nada más podría asustarme. Pero, cada vez que leo algo como esto, me siento incapaz de hacer alguna cosa... a no ser orar.La persona se pregunta si, después de todo lo que hizo, aún existe perdón para ella. Se juzga y se condena... se condena a muerte. Pero, no tiene fuerzas ni valor para ejecutar la sentencia. Entonces, busca a Dios y se pregunta si el Señor puede amarla, a pesar de su grotesco pasado.Y aquí está el versículo de hoy, diciendo que Dios es misericordioso y clemente. La palabra "clemente", proviene del hebreo channun, que significa, en realidad, gracia que no acaba nunca. Como si fueses un caminante en el desierto, buscando una gota de agua para salvar la vida y mitigar la sed, y repentinamente encontrases un channun, un manantial que no tiene fin.Ese es Dios. Su amor no tiene límites. Su grandeza absorbe tu culpa, y la hace nada. Su misericordia está siempre dispuesta a darte una página en blanco, con el fin de que escribas una nueva historia. Su clemencia te espera; sabe que, un día, cuando tus fuerzas ya no existan, cuando el peso de la culpa te lleve a pensar en la muerte como la única salida, vendrás a él en busca de consuelo.¿Por qué demorar, si sientes hoy que la misericordia divina toca la puerta de tu corazón? ¿Qué es lo que te detiene? ¿Por qué buscas fuentes de agua envenenada, si Jesús te ofrece el agua de vida? ¡Ven a él! ¡Ahora! Mañana puede ser demasiado tarde. No salgas de casa, hoy, sin repetirte a ti mismo: "Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia".Tomado de meditaciones matinales para adultosPlenitud en CristoPor Alejandro Bullón
Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero (Apocalipsis 19:9).
Era un día agitado, todos parecían inmersos en tareas concretas. El decorador entretejía cintas y lazos, los cocineros hacían gala de sus habilidades, los músicos ensayaban sus melodías y la maestra de ceremonias lanzaba al viento un anuncio especial: «28 de marzo de 1989...». Aquel era un día feliz, en el que el amor envolvería en un beso dos corazones. Los invitados... ¡ansiosos! Los padres... ¡exhaustos! Los novios... ¡nerviosos! Todo parecía un carrusel de eterna felicidad.Por fin las puertas del templo se abrieron para agasajar a los invitados. El novio estaba hecho un manojo de nervios, la novia iba envuelta en su vestido blanco, las parejas acompañantes estaban más elegantes que nunca. Todo estaba listo, pero algo no iba bien. El pastor que debía oficiar la ceremonia no había llegado. Recuerdo muy bien aquel intenso día... porque era el día de mi boda.Nos sentimos muy felices cuando nos invitan a una boda o a algún evento especial. Pero ser invitados al evento más grandioso de la historia del universo debe ser considerado el honor más grande y la mayor oportunidad que jamás se nos hayan concedido. Tú y yo somos llamadas a participar de ese extraordinario evento. ¿Estás tomando en serio esa invitación? Unirnos para siempre bajo el manto del amor era nuestro mayor anhelo. ¿Piensas con frecuencia en el día en que participes de las bodas del Cordero? ¿Qué preparativos estás haciendo?¿Está tu familia entera preparándose para asistir a las bodas celestiales? Aquel 28 de marzo el pastor llegó justo a tiempo y hoy mi esposo y yo nos encontramos felizmente casados y disfrutando de un amor que crece con el tiempo. El gran Pastor muy pronto llegará para unir a su iglesia con Cristo por toda la eternidad. ¿Estarás lista para ese día? ¿Has establecido tus prioridades en función de una fecha tan señalada? No dejes que nada ni nadie te quite ese privilegio. Clama fervientemente cada día: «Señor, gracias por llamarme. Guía mi vida para que tu llamado se convierta en realidad con mi presencia en las bodas del Cordero».Tomado de meditaciones matutinas para mujeresDe la Mano del SeñorPor Ruth Herrera
Un pecador destruye mucho bien. Eclesiastés 9:18.Hay errores que no pueden ser reparados. Al igual que los vidrios de los automóviles viejos, que al sufrir un golpe o un impacto se trizan y luego se resquebrajan en cientos de partes irreparables, hay errores que dejan una huella irreparable.Esto le ocurrió al novio de una alumna muy querida. Se enamoraron desde la adolescencia y contrajeron un noviazgo serio por un tiempo. Con sus diecinueve años, este joven sintió que perdía el tiempo al estar en una relación formal y en diversas ocasiones engañó a su novia. Todo parecía funcionar sin problemas, y él razonaba que el hecho de que los padres de ella no le daban muchas libertades, le daba a él el derecho de llevar una doble vida.El tiempo pasó, y llegó el día en que una de sus aventuras amorosas no terminó como lo esperaba: la chica quedó embarazada. Con un dolor inmenso debió contarle a su novia, mi alumna, el error que había cometido. Como ella decidió terminar con el noviazgo, él insistió en que la relación continuara, ya que no amaba a la madre de su futuro hijo. Poco después del fin del noviazgo, se dedicó a las drogas, porque no podía aceptar vivir separado de aquella a quien consideraba el amor de su vida. Por otra parte, había un hijo en juego, y toda la responsabilidad que eso significaba. Nunca más volvieron a ser novios, aunque los dos se amaban muchísimo.Esta dolorosa "novela" se podría haber evitado si él hubiera valorado a la persona que tenía a su lado. La Biblia procura mostrarnos de antemano que quien se dedica a una vida de pecado, "destruye mucho bien", porque hay errores que tristemente no pueden ser reparados. Reconocer la equivocación, arrepentirse y confesar la falta no son suficientes para borrar toda la historia y comenzar de nuevo. Hay consecuencias que no pueden ignorarse, al igual que cuando se rompe un vidrio.Dios, como nuestro Padre de amor, procura prevenirnos de esa clase de errores. Él sabe por anticipado cuáles serán los amargos resultados de vivir en pecado. Por eso, en su Carta de amor, intenta llamar la atención a cada hijo suyo para que evite todo contacto con el mal. La doble vida y el engaño en el amor no deben tener parte entre los hijos de Dios.Tomado de meditaciones matinales para jóvenesEncuentros con JesúsPor David Brizuela