miércoles, 30 de marzo de 2011

ENAMORADOS DEL AMOR

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Eclesiastés 3:1.

Ayer hablamos de que no es aconsejable demorar o apurar al amor por el hecho de que nuestros amigos tengan una relación amorosa. Hoy mencionaremos algunos pasos a tener en cuenta que pueden ayudarte a que hagas tu elección en el momento apropiado.
Marcelo no aguantaba estar emocionalmente solo y siempre tenía una novia o estaba pensando en alguna señorita para enamorarla. Era su costumbre, lo había hecho así desde los trece años y a medida que dejaba la adolescencia y entraba en la juventud se intensificaba tal manera de ser.
Con algo más de 22 años y después de haber estado sin novia por un largo período, formalizó con una joven que se enamoró de él rápidamente. Aunque no se conocían demasiado al principio, la relación fue creciendo, pero mientras ella más se enamoraba, él más se daba cuenta de que había cometido un error, ya que había aspectos de la personalidad de su novia que no le agradaban. La relación siguió por mucho tiempo, y cuando Marcelo tuvo el valor de darle un corte definitivo, ella amenazó con matarse. El noviazgo continuó, pero él sentía que no la amaba, y aunque oraba al respecto, se convenció de que esa relación era un error. Finalmente, después de casi dos años, terminó el noviazgo, con un daño emocional terrible para ella.
¿Qué hubiera evitado el sufrimiento de ambos? En primer lugar, antes de formalizar el noviazgo, debían haberse conocido como amigos. La amistad te permite conocer los gustos de una persona, descubrir su temperamento, mirar al futuro y proyectar si todo va a funcionar sin que ninguno de los dos salga lastimados. El peligro de "enamorarse del amor" es justamente el de pasar por alto la etapa de la amistad y comenzar con el noviazgo, que es una relación mucho más íntima y profunda en lo emocional y sentimental.
Las Escrituras dan su consejo en este aspecto al decirnos: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se hace debajo del cielo tiene su hora". Está el tiempo para conocerse, formar una amistad, comenzar un noviazgo y entonces, si la relación crece y ambos están conformes con lo vivido, el matrimonio. Marcelo terminó a tiempo a pesar de su error, ya que si se hubiera casado con esa señorita, su matrimonio habría fracasado. Aunque estamos viviendo en un campo en que todo sucede velozmente, el amor no es un juego, y hay etapas y momentos que hay que vivirlos, para no pagar luego las consecuencias. Dios nos aconseja "Todo tiene su tiempo", para que evites aquellos dolores sentimentales que te quitarán, al menos por un tiempo, la alegría de vivir la juventud.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

No hay comentarios:

Publicar un comentario