viernes, 1 de julio de 2011

¿ERES FELIZ?

Pablo, [...] al amado Filemón, colaborador nuestro, a la amada hermana Apia. (Filemón 1,2).

Apia, una mujer desconocida, aparece en la carta que Pablo escribió a su amigo Filemón. Aunque el asunto que condujo al apóstol a redactar aquella epístola tenía que ver con un esclavo que regresaba a su amo arrepentido, Pablo no perdió la oportunidad para escribir unas palabras de aprecio por el trabajo de Apia en favor de la causa de Cristo.
A veces pensamos que lo que hacemos no es valorado ni reconocido por los dirigentes de la iglesia ni por los miembros, y nos parece que lo único que tanto unos como otros esperan de nosotras es recibir. Aunque puede ser cierto que los demás no valoran nuestros esfuerzos, hay alguien que sí lleva cuenta de cada acción, de cada tarea, del tiempo dedicado a la obra que hacemos para cooperar con las buenas nuevas de salvación.
Analizando el uso que este texto hace de la palabra «hermana», el Comentario bíblico adventista nos aclara: «Pablo compara la condición de Apia con la de él y la de Filemón. La elevación de la jerarquía de las mujeres es una de las grandes contribuciones del cristianismo a la sociedad. Este es uno de los muchos casos del Nuevo Testamento donde se destaca la dignidad de la mujer. En la mayor parte de las sociedades paganas la mujer estaba limitada a una especie de servidumbre; pero el cristianismo la emancipó de esa situación y le ha concedido un nivel social y espiritual equivalente al de su esposo. El ennoblecedor compañerismo que existe en los hogares cristianos y en muchos que no lo son, puede remontarse a las enseñanzas inspiradas de Jesucristo» (t. 7, p. 393).
¿Te sientes feliz porque Dios te ha dado un lugar digno en la sociedad? Desgraciadamente, todavía hay mujeres que padecen distintos tipos de marginación e injusticia social, a las que Dios quiere colocar en un lugar especial, a las que quiere sacar de la opresión del pecado.
Dios espera poder contar con mujeres que, como Apia, acompañen a los ángeles en la misión de predicar el evangelio del reino a todo el mundo. No existe mayor felicidad que ser un instrumento útil en las manos del Creador.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

SALUD Y TALENTOS EN LAS MANOS DE DIOS

Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía. Daniel 1:8.

Daniel y sus tres amigos se encontraron en un aprieto real. Como cautivos de un rey pagano, toda la filosofía de vida que habían aprendido en sus hogares no era respetada ni conocida en tierras caldeas, y por lo tanto se les ordenó un sistema de alimentación y de vida muy diferente al que estaban acostumbrados.
Lo natural y lógico hubiera sido que Daniel, Ananías, Misael y Azarías hubiesen aceptado la alimentación y la forma de vida que se les imponía, pero había Alguien a quien respetar mucho más grande que el rey de Babilonia, uno más poderoso que cualquier monarca terrestre. Por esta causa, Daniel y sus tres compañeros se propusieron "no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía".
A través de la alimentación sencilla que los jóvenes hebreos se propusieron consumir, pudieron lograr dos objetivos básicos: cuidar su salud y servir a Dios con los talentos que se les había confiado. Si bien el pedido que los jóvenes realizaron era inusual, la firmeza de carácter de Daniel, su estrategia, y la gracia de Dios lograron que se materializara.
También hoy los jóvenes adventistas están expuestos a las "ollas caldeas" cuando pasean por un centro comercial, entran a un restaurante o asisten a un cumpleaños. También hoy se ofrecen alimentos nocivos y perjudiciales para el organismo y se distribuyen en grandes cantidades, solo para dar rienda suelta al paladar. También hoy es necesaria la firmeza de carácter y la ayuda divina para rechazar cualquier invitación a ingerir alguna sustancia que desgaste las energías corporales y mine la capacidad de servir a Dios.
Por eso, es importante que te preguntes: ¿Estás cuidando tu salud? ¿Sientes que estás glorificando a Dios cuando comes y bebes cada día? ¿Te estás negando a consumir los que es nocivo para tu cuerpo, y estás consumiendo de forma moderada lo que te beneficia? A lo largo de este mes repasaremos juntos algunos conceptos básicos para el cuidado de tu salud y analizaremos diferentes cualidades y talentos que el Señor nos ha conferido para que le sirvamos a él y a su iglesia. Comienza este día con una oración de consagración, a fin de que tu salud y tus talentos honren a Jesús.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

¡RESCATADOS!

Y sabiendo que fuisteis rescatados [...] no con cosas corruptibles [...] sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. 1 Pedro 1:18,19.

Rescate es el precio que se paga para devolver la libertad a un prisionero. En los tiempos de Pedro, había por lo menos seis millones de esclavos en el Imperio Romano, y era fácil entender el concepto de rescate.
Un esclavo pertenecía al dueño de por vida. El esclavo no tenía derecho de soñar, de anhelar, ni de hacer planes futuros; no tenía el derecho de ir ni de venir, y ni siquiera de amar, porque hasta sus hijos le eran arrebatados por el amo para ser vendidos. El esclavo nacía, vivía y moriría así, a no ser que una persona bondadosa lo comprase y le devolviese la libertad. Existía de esa gente buena; eran pocos, pero los había. Y ese acto de comprar a un esclavo con el fin de dejarlo en libertad era llamado "rescate" o "redención".
La Biblia utiliza la misma palabra para definir lo que Jesús hizo por nosotros en la Cruz. Estábamos vendidos al pecado. Le pertenecíamos al diablo: nos habíamos entregado a él voluntariamente. Quedaríamos así de por vida. Pero, apareció la persona maravillosa de Jesús y pagó el precio de nuestro rescate. ¿Cuál es ese precio? La vida. Su vida. Nosotros habíamos pecado y merecíamos morir, pero el señor Jesús murió en nuestro lugar, y ahora nosotros estamos salvos.
Aquella noche, en el Getsemaní, el Señor Jesús sudó gotas de sangre por causa del sufrimiento. Jesús no era un loco suicida que deseaba morir; él era un ser humano como tú y como yo. Y, como todo ser humano, tenía el instinto de conservación; no quería morir. Pero, su amor por ti fue más grande, y aceptó la muerte. Era la única forma de rescatarte. Como un cordero, fue llevado al matadero y murió en silencio.
La pena por el pecado ya fue pagada. Ahora, solo te resta aceptar el sacrificio de Cristo en tu favor.
¿No te parece que este es un motivo para vivir agradecidos a Dios eternamente?
Haz de este un día de gratitud, de adoración y de alabanza a Dios, por su amor infinito. "Sabiendo que fuisteis rescatados [...] no con cosas corruptibles..] sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

jueves, 30 de junio de 2011

UN LUGAR PROMINENTE

De la castilla, que Jehová Dios tomo del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. (Génesis 2:22).

Estudiábamos ayer acerca del privilegio que el Creador nos da de poder decidir qué vamos a elegir para nuestras vidas. Yo, por la gracia de Dios, quiero que mi elección sea estar siempre al lado de mi amante Salvador.
Cuando contemplo los dibujos animados que ve mi hijo, mi mente se sitúa en el Edén, en ese momento en que la creación parecía completa, y sin embargo, fallaba lo más bello por crear. Dios a veces juega al escondite. ¿Te sorprende mi comentario? Yo creo que eso fue lo que hizo con Adán. Él sabía que iba a crear a la mujer, pero esperó, la escondió, la guardó hasta que Adán sintiera la necesidad de recibirla. Dios siempre sabe cuál es el momento oportuno para darnos sorpresas. ¡Y qué sorpresas!
La Biblia nos dice que Adán puso nombre a todo animal, pero que no encontró ninguno con el que relacionarse de una manera especial (ver Gen. 2: 20). Puede ser que todo a tu alrededor marche, aparentemente bien e incluso que seas envidiada por otras mujeres que te consideren dichosa, pero que dentro de tu corazón sientas que te falta algo. No te desesperes, tu Dios tiene grandes sorpresas para ti. Fue en la necesidad donde un sueño profundo sobrevino a Adán. Cuando tu alma esté angustiada, dormir confiada en los brazos amorosos del Salvador resultará altamente beneficioso.
Adán durmió, pero no durante mucho tiempo. Tú también deberás dormir antes de despertarte y ver la salvación de tu Dios; pero no temas, él no torna la espera en desesperación, solo te está enseñando a ser paciente.
Cuando Adán despertó, se quedó deslumbrado al ver la creación más hermosa y más necesaria para él. Cuando tú te despiertes te darás cuenta de que Dios te ha reservado lo más necesario para tu vida. Eva, salida de una costilla, de uno de los huesos más vulnerables del cuerpo humano, fue puesta en este mundo para ser amada y para amar. Esa es tu gran misión, mujer. Es tu misma esencia.
Dios tiene un lugar especial para cada mujer, y este lugar espera por ti.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

CONTRA VIENTO Y MAREA

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Josué 1:9.
La empresa que Dios había puesto sobre los hombros de Josué no era sencilla: introducir a los israelitas en la tierra prometida y luchar contra más de treinta naciones cananeas. Pero Dios lo exhortó: "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas".
Valeria fue y es un claro ejemplo de lo que significa esforzarse y ser valiente. Desde que nació debió acostumbrarse a vivir en silla de ruedas, pero lejos de sentirse inferior a otros, se integró perfectamente en su hogar, y años más tarde, asistió al colegio adventista donde realizó sus estudios primarios y su educación secundaria. Valeria comenzó a nadar a los nueve años de edad, y al advertir que en su categoría tenía grandes aptitudes, entrenó diariamente sin abandonar los estudios. Al comenzar a competir en la región, comenzó a ocupar los primeros puestos. Años después compitió a nivel nacional, y llegó a formar parte del seleccionado olímpico argentino de natación. Viajó alrededor del mundo representando a su país, y en más de una ocasión se vio galardonada con la medalla de oro.
Hoy, a sus 19 años, Valeria continúa compitiendo, y además estudia abogacía. Me gozo en decir que tuve el privilegio de tenerla como alumna en la materia de Biblia. Ella podría haber tomado la actitud de tantos otros, que mientras admiran los grandes talentos y habilidades de los demás, se quedan paralizados, viendo pasar la vida. Pero Valeria valoró los talentos que poseía y trabajó arduamente hasta alcanzar el éxito. Tal vez no exagero al afirmar que Valeria es un "Josué" contemporáneo.
A ti también Dios te está dando la oportunidad de alcanzar el éxito. Te concedió talentos y habilidades que debes usar por tu bien y para tu felicidad. En el intento por lograr tus objetivos, es posible que cometas errores y quizá tengas que sufrir reveses y desdichas. Aunque esto ocurra, no te des por vencido. La misma voz que le ordenó a Josué: "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente", te habla desde las páginas de tu Biblia. Esfuérzate, persevera, procura con todas tus ansias llegar a la cima, y el Rey del cielo bendecirá tus esfuerzos y te dará el éxito anhelado.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

¿HASTA CUÁNDO?

Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey. 1 Samuel 16:1.

Samuel era un profeta. Pero, también era un ser humano. Los profetas eran personas, con todas las virtudes y los defectos de cualquiera. Su amigo, el rey Saúl, había sido destituido, por Dios, del trono. Continuaba en el cargo pero, para el Señor, era como si él no existiese. Y Samuel lloraba, por causa de la nostalgia; tal vez, por miedo del futuro. Quién sabe.
Dios sí sabía el motivo de la tristeza del profeta. A pesar de los designios divinos, y aunque Dios no aceptaba más a Saúl como rey, Samuel se aferraba del pasado y se negaba a entender que las cosas cambian, y que era necesario avanzar.
Una noche, Dios habló con Samuel y le preguntó: "¿Por qué lloras?" Cada vez que Dios pregunta algo al ser humano, no es porque no sepa, sino porque desea que el hombre piense; pensar es la mejor manera de entender. La intención de Dios era que Samuel entendiese que la vida tiene etapas. Es triste cuando el adulto se comporta como niño o cuando el joven tiene la actitud de un anciano.
La etapa de Saúl había pasado; la causa de su destitución no es tema de este devocional. El pensamiento que deseo destacar es que había llegado la hora de terminar una etapa y comenzar otra. Pero el profeta se resistía a hacerlo.
Existen personas para quienes los tiempos antiguos siempre fueron mejores. Puede ser. El asunto no es si antes fue mejor o peor; lo que importa es que el presente está en tus manos y es necesario vivirlo. Cada vez que vives el presente mirando hacia el pasado, corres el riesgo de chocar contra cualquier obstáculo. Hay mucha gente herida porque no miró para el frente. Trató de vivir el presente con la mirada hacia atrás.
Hoy puede ser un día diferente para ti. Todo día puede serlo. Observa que, aunque la luz del sol es la misma todos los días, siempre existe un nuevo matiz en cada amanecer.
Por lo tanto, prepárate para los grandes desafíos y las victorias que el Señor Jesús preparó para ti. Pero no olvides lo que Dios preguntó a Samuel: "¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

miércoles, 29 de junio de 2011

¿REFLECTOR O BOMBILLA?

Porque separados de mí, nada podéis hacer (Juan 15: 5).
Mientras participaba en una reunión de padres en la escuela secundaria donde estudia mi hijo mayor, una persona, haciendo uso de su autoridad, emitió un planteamiento que, lejos de permitir el diálogo, se presentaba como una imposición. Para mí resulta difícil pronunciarme en tales casos, pero decidí tomar la palabra. Noté, mientras hablaba, que aquellas personas que habían aprobado la declaración anterior, cambiaban de parecer. Al final, algunos padres se acercaron a mí y me felicitaron por haber tenido el valor de presentar el asunto desde otro ángulo e impedir aquella imposición.
Esta experiencia me llevó a reflexionar sobre la razón por la que el ser humano a veces actúa como una pelota de fútbol, que va donde otro la tire. Si tuviéramos siempre presente la convicción de que hemos salido de las manos de un Dios de amor que tomó tiempo para moldearnos y para hacernos semejantes a él, no dejaríamos que nuestra voluntad se meciera de un lugar a otro como las olas del mar.
Pensando en esto vinieron a mi mente dos objetos: un reflector y una bombilla. El reflector se manipula para que refleje la luz de otro objeto, mientras que la bombilla emana luz por sí misma. Aunque ambos dependen de una fuente de energía, existe una gran diferencia entre ellos.
Creo firmemente que el Creador nos ha hecho bombillas, nos ha dado la capacidad para utilizar la energía en la forma que consideremos. Esta energía es el libre albedrío que debería estar conectado a la fuente de energía universal, Cristo Jesús. Si así fuera, nuestras bombillas reflejarían una luz inigualable. Entonces, ¿por qué andar mirando a los costados para movernos en la dirección en que lo hacen otros?
Hay momentos en los que el respeto y la humildad nos llevan a pronunciarnos de determinada manera, pero en lo que se refiere a nuestras convicciones, deberíamos recordar que hemos sido creadas con mucho amor y con la capacidad de alumbrar por voluntad propia. Cuando éntrenles momentos difíciles, recuerda escoger ser bombilla.
La energía de Dios produce en ti una luz formidable. ¡Conéctate a él!

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

TRABAJANDO CON CRISTO

Y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos. Hechos 18:3, 4.

Muchos jóvenes con los que he tratado piensan que se equivocarían si al elegir una carrera profesional esta no tuviera relación con el evangelio. Y algunos temen pecar si eligen un trabajo que nada tenga que ver con la denominación eclesiástica. Es necesario reflexionar sobre esto, para que al elegir la ocupación de tu vida, puedas hacerlo con la libertad que Cristo te concede.
Si piensas que debes servir como ministro del Señor, o como docente en la tarea educativa o como médico o enfermero misionero, hazlo. Cada día que pasa, el mundo clama por más obreros consagrados a la tarea de salvar almas, y la iglesia es la institución ideal para canalizar la ayuda y proveer el personal que aliviará tales necesidades.
Pero trabajar dentro del sistema adventista no es la única manera de servir al Señor. El ejemplo de Aquila y de Pablo lo ilustra bien. Ambos tenían el mismo oficio, fabricaban carpas durante la semana, pero cada sábado acudían a la sinagoga y compartían el evangelio. Estas labores no fueron excluyentes, ya que ellos trabajaban para ganar el pan y compartían su fe en el Salvador.
Lo mismo ocurrió con otros personajes bíblicos, quienes en las tareas y labores comunes representaron dignamente al Dios del cielo, dando pruebas, con la palabra y el ejemplo, de que su patria era la celestial. José fue gobernador en Egipto, David fue poeta y rey, Amos fue pastor de ovejas en Tecoa, Daniel fue estadista en dos cortes imperiales, Zaqueo fue cobrador de impuestos, y Cornelio fue un centurión romano. Cada uno trabajó en labores seculares, pero todos vivieron como santos en medio de sus semejantes.
Más que nunca, Dios necesita hoy contadores, abogados, médicos, ingenieros, electricistas, pintores, maestros, y cuanta profesión exista, identificados con Cristo. Si te ubicas bajo la bandera de Cristo en el lugar que te toque estar, estarás imitando la labor de Aquila y de Pablo, quienes mientras trabajaban testificaban de su amante Salvador. No lo olvides: es posible realizar un trabajo secular y ser a la vez un fiel cristiano.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel