lunes, 29 de junio de 2009

LAS SORPRESAS DE DIOS

Y le dieron las nuevas, diciendo: «José vive aún; y él es señor en toda la tierra de Egipto». Y el corazón de Jacob se afligió, porque no les creía. Génesis 45:26

La noticia que recibió Jacob le estremeció el cuerpo y estuvo a punto de paralizarle el corazón. Durante más de veinte años había creído que su amado hijo estaba muerto. De repente, le dan la noticia de que está vivo. Todos los que tenemos hijos comprendemos un poco el dolor del corazón de aquel padre. ¡Cuántas lágrimas! ¡Cuánto dolor! ¡Cuántas horas de agonía a causa de la terrible pérdida! Y cuando le dieron la gran noticia de que su hijo vivía «el corazón de Jacob se afligió, porque no les creía».

La noticia de que su hijo aún vivía sobrepasó cualquier cosa que el patriarca hubiera imaginado jamás. Esta dramática historia es como un consuelo para los padres que han perdido a sus hijos, no solo en la muerte, sino en el camino del bien. Me emociona pensar que Dios piensa devolverles sus hijos a todos los padres que han sufrido el mismo dolor que sufrió Jacob.
Jacob ya había llegado a la conclusión de que José había muerto. Era algo que estaba sellado y confinado al recuerdo doloroso del corazón del padre. El recuerdo y el dolor habían hecho su morada en su interior. ¡Qué maravilloso debe de haber sido saber que su hijo amado todavía estaba vivo!
El corazón de Jacob recibió otro sobresalto cuando supo que José, su hijo, era «señor en toda la tierra de Egipto». Estos son los finales de Dios. Así serán todos los finales, para todos los hijos, para todos los padres, en el reino de los cielos. Todos los finales estarán más allá de la comprensión de la mente humana. Eso es lo que fascina a Dios. Se dedica a hacer cosas que sobrepasan nuestra imaginación. Es el tipo de sorpresas que está preparándonos en la tierra nueva.
El apóstol Pablo dijo que las sorpresas que Dios tiene preparadas para nosotros son inimaginables para el corazón y la mente del ser humano: «Antes bien como está escrito: cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las cosas que Dios ha preparado para los que le aman» (1 Cor. 2: 9). Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. Si pudiéramos ver lo que tiene en mente, nos quedaríamos pasmados de ver las grandes soluciones que tiene reservadas para cada uno de nuestros problemas.
Decide hoy creer que Dios cumplirá los deseos de tu corazón de una manera inimaginable.

Tomado de la matutina Siempre Gozosos

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