jueves, 9 de julio de 2009

SOLUCIONES PERFECTAS

Porque el Señor cuida a los justos y presta oídos a sus oraciones, pero está en contra de los malhechores. 1 Pedro 3: 12

Principio del siglo XVI, Margarita de Austria, la hija del emperador alemán Maximiliano, gobernaba Holanda. Temerosa de que alguien pudiese tramar su muerte, constantemente buscaba súbditos desleales. En aquellos tiempos, el envenenamiento era una forma sutil de asesinato, Por eso Margarita insistía en beber de un vaso hecho de cristal de roca puro. Se creía que un vaso de cristal de roca pondría al descubierto cualquier cosa peligrosa que pudiese haber sido arrojada dentro. Un día, mientras Margarita alargaba la mano para tomar el vaso de la mano de un sirviente, se le cayó de la mano y se hizo añicos contra el suelo de piedra. Rápidamente, el sirviente barrió los pequeños fragmentos de cristal y los arrojó a la basura. Pero una astilla de cristal había caído dentro del zapato de Margarita. Sin causar dolor, hizo su trabajo dentro del zapato y causó una infección. Como pensaba que se sanaría, Margarita no hizo nada al respecto. Pero empeoró. Para cuando llamó a un médico, la gangrena se había cebado en el pie. Los médicos intentaron salvarle la vida amputándole la pierna, pero, a pesar de la operación, murió. Margarita pensaba que el vaso era la respuesta a su problema. Pero acabó por destruirla. El mundo nos dice que la solución a nuestros problemas se encuentra en el placer y la excitación: los juegos de azar, las drogas, la acumulación de riqueza, la bebida y el sexo. Pero buscar la felicidad en el lugar equivocado siempre acaba por empeorar el problema. En algunos casos, incluso puede destruirnos. Si tienes un problema, haz oración y pide la ayuda de Dios. Sus soluciones siempre son perfectas y nunca harán que te sientas mal.

Tomado de la Matutina El Viaje Increible.

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