martes, 28 de julio de 2009

UN AMIGO VERDADERO

Entonces se levantó Jonatán hijo de Saúl y vino a David en Mores, y fortaleció su mano en Dios. 1 samuel 23: 16

Los amigos son necesarios. Un amigo sincero es una mano que ayuda y auxilia en tiempo de necesidad. Con toda razón se ha dicho que un amigo es como la sangre, que acude a la herida sin que nadie la llame. Los amigos se quitan la máscara y se revelan como son, sin inhibiciones. Los psicólogos hablan de la necesidad de tener un "amigo significativo". Dicen que a ese amigo se le pueden revelar todos los secretos de la vida sin ningún temor. Los amigos se dan totalmente, en libertad absoluta. Puede abrirse el corazón delante de dios, sin reservas. Según se describe en el relato bíblico registrado en 1 Samuel 23:14-18, Jonatán era un verdadero amigo de David. Aunque era el heredero legitimo al trono, no manifestó ni celos ni envidia hacia su amigo David. Aceptó la preeminencia de David; aceptó que sería rey de Israel y humildemente decidió ocupar el segundo lugar. Los verdaderos amigos están dispuestos a dar no solo cosas o posiciones, sino la vida misma. Jonatán enseña que los amigos verdaderos son una fuente constante de ánimo. David era atormentado constantemente por el odio asesino del rey Saúl. No importaba dónde se encontrara, ya fuera metido en una cueva o detrás de un arbusto, o quizás oculto en una colina, o detrás de un peñasco, esperaba que en cualquier momento Saúl lo encontrara y acabara con su vida. Pero David tenía la bendición de contar con un amigo como Jonatán. Él estaba ahí para fortalecerlo. Lo visitó en el desierto y le dio palabras de aliento: «No temas, pues no te hallará la mano de Saúl mi padre, y tú reinarás sobre Israel, y yo seré segundo después de ti» (1 Sam. 23:17). Se parecía a Juan el Bautista, el mayor de los profetas, quien dijo, comparándose con Jesús: «A él conviene crecer, mas a mí menguar» (Juan 3: 30). Decide esta mañana ser un buen amigo. Escucha a tus amigos. Anímalos a expresar cuanto sienten. Si sienten deseos de llorar, déjalos romper en llanto. Si quieren quejarse, permíteles que expresen sus quejas. Escúchalos con toda atención y empatía. Como verdadero amigo, nunca abandones a esas personas que confían en ti. Deja que sean ellas mismas; anímalas a desarrollar su individualidad. Busca a tu amigo. Dile que comprendes su dolor y que puede contar contigo. Sobre lodo, nunca olvides al mejor amigo que tienes: el Señor Jesucristo. ¿Qué clase de amigo eres tú?

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

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