sábado, 22 de agosto de 2009

ALARMA PARA LOS CIMIENTOS

Pero Dios ha puesto una base que permanece firme, en la cual está escrito: «El Señor conoce a los que le pertenecen». 2Ttimoteo 2: 19

En el periodo comprendido entre los años 1300 y 1600, conocido en Europa como Renacimiento, algunas de las mayores mentes de todos los tiempos trabajaron en Florencia, Italia. Filippo Brunelleschi (bru-ne-les-qui) era un orfebre que se interesó por la arquitectura. Una de sus mayores contribuciones al campo de la arquitectura fue el trabajo que hizo al imaginarse cómo construir cúpulas en las iglesias y en otros grandes edificios. Cuando Brunelleschi construyó la cúpula de la catedral de Florencia, estaba preocupado por sus cimientos. Si no eran fuertes, se produciría un grave daño estructural. Así que desarrolló una alarma extraordinaria para advertir del estado de los cimientos. En la parte de arriba de la cúpula hizo una abertura para que pudiera entrar la luz del sol. Luego incrustó una placa de metal en el suelo de la iglesia. Cada 21 de junio, la luz del sol pasa por una abertura de la cúpula e ilumina la placa de metal que está en el suelo. Es la prueba de que la estructura todavía es sólida y de que no se ha movido ni inclinado. Si la luz alcanzase otro punto distinto de la placa, los conservadores sabrían que algo anda mal en los cimientos. El objetivo de los Diez Mandamientos es parecido. Dios los creó para que sirvan de alarma cuando algo va mal en los cimientos de nuestra vida. Cuando mentimos, robamos deshonramos a los papas o el sábado, es porque algo se ha interpuesto entre nosotros y Dios. Cuando la alarma de los cimientos de tu vida se avería, pídele a Jesús que te ayude a ponerlo a él en primer lugar. Cuando esté en el trono de tu corazón, todo estará en perfecto equilibrio.

Tomado de la Matutina El viaje Increíble.

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