miércoles, 19 de agosto de 2009

EL VIAJE AL CIELO

No tengan miedo ni se asusten [...] porque esta guerra no es de ustedes sino de Dios. 2 crónicas 20: 15

En su libro el peregrino, John Bunyan cuenta la historia de Christian, un hombre que decide dejar su casa en la ciudad de Destrucción para ir en busca de un lugar maravilloso llamado Ciudad Celestial. A lo largo del camino, Christian se encuentra con una prueba tras otra. Cae en el Pozo del Desaliento, cruza la Feria de las Vanidades y pasa un tiempo en el Castillo de la Duda. Parece como si, tan pronto consigue salir de una dificultad, se metiese en otra. La historia de Bunyan es nuestra historia. Los que hemos empezado el increíble viaje descubriremos que no es un paseo por el parque. Toda nuestra vida será una serie de altibajos. Pero, como Christian, debemos seguir avanzando. Satanás intentará que abandonemos, que nos rindamos. Querrá convencernos de que si fuésemos cristianos de verdad no nos sentiríamos tentados a hacer el mal y, por supuesto, no cederíamos a la tentación. Pero ser cristiano no tiene nada que ver con vivir una vida perfecta. Tiene que ver con ser amigos del Único que vivió esa vida perfecta por nosotros. Cada vez pongas la vista en tus actos para ver si lo haces cada vez mejor, te desanimarás. Hacer una lista de tus fracasos tampoco te ayudará. La única manera de cambiar dejar de luchar contra el pecado valiéndote de tus propias fuerzas. Nuestra tarea no es combatir el pecado. No podemos hacerlo porque Satanás nos supera en todo. Pero podemos pedirle a Jesús que combata el pecado por nosotros. Nuestra parte es tomar la decisión de poner a Jesús en primer lugar. Cuando eso suceda, el poder de Satanás sobre nosotros desaparecerá.

Tomado de la Matutina El viaje Increíble.

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