viernes, 26 de febrero de 2010

MÁS ALLÁ DE LO QUE PODEMOS VER

«No tengas miedo», respondió Elíseo. «Los que están con nosotros son más que ellos». 2 Reyes 6:16.

El rey de Siria trazaba las estrategias de campañas bélicas para compartirlas con sus siervos. Pero el profeta Elíseo recibía por revelación divina estos secretos de guerra y los compartía con el rey de Israel. Así, el rey evitaba emboscadas y ataques sorpresivos de los sirios. «¿Quién es el traidor que lleva información al rey de Israel?», preguntó el rey sirio. Uno de los siervos dijo que el profeta Elíseo era capaz de escuchar las palabras que el rey sirio dijera en su cámara más secreta.
El rey sirio puso en marcha sus servicios de inteligencia para encontrar el lugar donde estaba Elíseo. Pronto averiguó que el espía estaba en Dotan. Entonces una compañía militar fue enviada para prenderlo. Elíseo representaba un peligro tan grande que un ejército tuvo que sitiar la ciudad. Al amanecer el siervo de Elíseo vio sitiada la ciudad y tuvo miedo. El profeta trató de animarlo para que confiara en el Señor. Los ojos del siervo fueron abiertos en respuesta a la oración de Elíseo, y vio gente de a caballo y carros de fuego colocados entre Eliseo y los sirios. La fe nos ayuda a entender que Dios hace más por su pueblo de lo que podemos darnos cuenta a simple vista. Esta es una ilustración del cumplimiento de las promesas de Dios por la seguridad y el cuidado de sus hijos.
En el sur de México, un pastor tenía reuniones de evangelización con nuevos creyentes. Una noche, mientras se preparaba para dormir en la casa donde se hospedaba, le avisaron que un grupo de gente armada lo buscaba para matarlo. Alguien le dijo que saliera por la puerta trasera de la casa. Aquella misma persona lo guió por un camino hasta llevarlo a una vereda. Allí se quedó unos minutos. Luego pasó otra persona y se lo llevó en su vehículo. Tiempo después, cuando las circunstancias violentas se habían calmado en el pueblo, el pastor volvió. Buscó el camino por donde lo habían llevado, pero se dio cuenta que no existía, y tampoco pudo localizar a la persona que lo guió. Para él no cabe duda de que una vez más los ángeles salvaron milagrosamente la vida de un servidor del Eterno.

«Mientras tengamos la mirada fija en el Autor y Consumador de nuestra fe, estaremos seguros». MJ 102.


Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna

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