jueves, 14 de enero de 2010

NINI Y MILA

Hace mucho tiempo se me apareció el Señor y me dijo: "Con amor eterno te be amado; por eso te sigo con fidelidad" (Jeremías 31:3, NVI).

A mi padre siempre le gustó tener animales a su alrededor en la pequeña granja donde me crió. Desde que tengo uso de la razón, siempre tuvimos mascotas en la casa: perros, gatos, pericos, monos, tortugas, loros, pollos, terneros, e incluso una cabrita.
Después que mi hermana se casó, a ella no le gustaba estar sola. Durante un período de tiempo, su esposo estaba estudiando para los exámenes de ingreso en la universidad, y tenía clases casi todo el día. Su soledad iba en aumento, así que decidió comprar un perro pequeño para que le hiciera compañía.
Un viernes de tarde comenzó la búsqueda del cachorro. Cada tanto Nini me llamaba para contarme cómo iban las cosas. A las cuatro y media de la tarde me informó que estaba comprando una caniche toy. Era muy pequeña, y pronto recibió el nombre de Mila. Me enteré que esta raza tiene la característica de ser extremadamente dócil. Fui hasta su casa, con mi cámara, deseo¬sa de ver la nueva adquisición. Apenas llegué, tomé la cachorrita entre mis manos: era blanca, suave, y muy pequeñita. ¡Qué feliz estaba! Ese día estuvo lleno de gozo.
Al día siguiente, a Nini le parecía que su casa no estaba tan vacía. Algunas veces Mila descansaba, aparentemente agotada, en el piso del living. Si Nini se levantaba e iba a la cocina, Mila corría detrás de ella con los ojos pesados. Quería estar cerca de su nueva dueña.
El día después de que ellos compraran a Mila, me desperté pensando en la pequeña cachorrita. ¡Qué criatura tan tierna! Luego mis pensamientos se volvieron a mi vida espiritual. Yo quería conocer la cachorrita ese mismo día que la habían comprado. No pensé en nada más aquel día. Y me pregunto: ¿me levanto tan ansiosa cada mañana por conocer la voluntad de Dios para mí ese día? ¿Estoy prestando atención a lo que Dios me está diciendo? ¿Voy adonde Dios me llama aunque mis ojos estén pesados por el sueño? ¿Soy tan fiel a Dios como lo es Mila con su dueña?
Es mi oración que podamos amar, así como somos amadas, con fidelidad.

lani Días Lauer-Leite
Tomado de Meditaciones Matinales para la mujer
Mi Refugio
Autora: Ardis Dick Stenbkken

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