jueves, 14 de enero de 2010

LA COSMOVISIÓN CRISTIANA

Desde los tiempos antiguos, yo soy. No hay quien pueda librar de mi mano. Lo que yo hago, nadie puede desbaratarlo, Isaías 43:13

Si, mucho antes de que hubiera día. ¿Recuerdas que cuando la tierra estaba todavía desordenada y vacía ya Dios estaba allí? Siempre ha estado. Es eterno. Ahora bien, lo que llama la atención de este texto es la tierna relación que el Dios eterno establece con el ser humano. Está decidido a salvarnos.
En el capítulo 43 de Isaías encontramos que Dios se considera a sí mismo Creador, Formador, Dueño del ser humano, Salvador, Redentor y Rey. Todas estas reflexiones de Dios acerca de sí mismo con relación a los seres humanos nos ayudan a elaborar una cosmovisión para entender la realidad completa. Conocemos nuestro origen y así respondemos a la primera pregunta filosófica: «¿De dónde venimos?» De Dios. Creemos en el registro del Génesis y aceptamos nuestro origen divino. Sabemos cuál es nuestra naturaleza: Seres con facultades físicas, mentales y espirituales que buscan una educación que atienda el desarrollo armonioso de estas facultades, y así queda respondida la segunda pregunta filosófica: «¿Quiénes somos?» Además, nos consideramos mayordomos, administradores de las grandes bendiciones que nos han rodeado y de las cuales Dios es el Dueño. Cuidamos nuestro cuerpo, tiempo, talentos y recursos. Reconocemos nuestras vulnerabilidades y carencias. Sabemos que no podemos hacer lo bueno que tanto deseamos, y también sabemos que el mal que tanto aborrecemos nos resulta casi irresistible de practicar. Por eso miramos a Cristo como nuestro Redentor y Salvador (cuando tengas tiempo lee atentamente, todo el capítulo 7 de la carta del apóstol Pablo a los Romanos).
Cristo, por el gran amor que tuvo por nosotros, redimió nuestra herencia perdida en el Edén. Y muy pronto aparecerá en las nubes de los cielos como Rey de reyes y Señor de señores. Esa es nuestra cosmovisión. Todo eso que Cristo hace por nosotros le da el derecho a decirte hoy: «Lo que yo hago, nadie puede desbaratarlo». Por eso puedes enfrentar este día sin temor.

«Cristo vino a enseñar a la familia humana el camino de la salvación e hizo este camino tan llano que hasta un niñito puede andar por él. Invita a sus discípulos a que avancen en el conocimiento del Señor». MJ 15

Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna

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