miércoles, 3 de marzo de 2010

DISCIPLINA ESPIRITUAL

Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra. 2 Crónicas 7:14.

El desarrollo espiritual no se consigue con esfuerzos aislados, sino mediante la entrega diaria y la disciplina. Estas son algunas de las principales disciplinas espirituales que te facilitarán la comunión con Cristo.
  • Meditación. No la falsa meditación que busca tener la mente en blanco, sino la que se genera a partir de las promesas de Dios, de atesorarlas en la mente y de aplicarlas a todas tus actividades cotidianas.
  • Oración. Es «el aliento del alma», un canal abierto hacia Dios mediante el cual le muestras el corazón a tu Padre celestial, como a un amigo.
  • Estudio de la Biblia. Escudriñarla, no con el fin de acumular conocimiento e información, sino, con el propósito primordial de descubrir la orientación divina para los problemas y desafíos de la vida diaria.
  • Ayuno. Es importante cuidar de no recargar el sistema digestivo a fin de tener una mente alerta para comprender la voluntad de Dios. Cuanto más frugal y sencilla es tu alimentación, más salud física, mayor claridad mental y mejor percepción espiritual consigues.
  • Simplicidad. No te compliques más la vida de lo que ya es ella por sí misma. La publicidad, la directa, y sobre todo la «subliminal», provoca una serie de insatisfacciones que supuestamente se satisfacen a través del materialismo. Mantener una vida simple demanda una verdadera disciplina.
  • Sumisión. No resulta nada fácil, para nuestra naturaleza egoísta y orgullosa, someterse a la voluntad de Dios. Sin embargo es vital aceptar y obedecer a Dios a medida que la luz de su verdad ilumina tu vida.
  • Servicio. Es el filtro maestro que prueba nuestra relación vertical con Dios. Se manifiesta en mantenerse sensible a las necesidades de los demás y desarrollar el espíritu de generosidad, que es el espíritu del cielo.
«En medio de los peligros de estos últimos días, la única seguridad para la juventud está en la vigilancia y la oración siempre crecientes». MJ 245

Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna

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