viernes, 26 de febrero de 2016

CUANDO LA MISERICORDIA CRECÍA EN LOS ÁRBOLES

“Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Mateo 1:21

Repasar el árbol genealógico de otra persona es igual de intrigante que leer la guía telefónica. ¿Cuándo fue la última vez que te emocionaste con los “engendró” de la introducción de Mateo 1? Y, no obstante, metidas en el árbol genealógico de Jesús hay siete declaraciones sorprendentes que dicen la verdad sobre los elegidos.
Primera declaración sorprendente: “Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara” (vers. 3). Tamar fue una mujer, y ¡encontrar a una mujer en las ramas de los árboles genealógicos judíos era chocante! Disfrazada de prostituta, quedó embarazada por su suegro. Dio a luz gemelos que deberían haber sido nietos de Judá, pero, en cambio, fueron sus hijos. ¡Y los cuatro acaban en el árbol genealógico del Mesías!
Segunda declaración sorprendente: “Salmón engendró, de Rahab, a Booz” (vers. 5). Una prostituta profesional, la madama del burdel de Jericó. Pero la prostituta fue salvada y se incorporó por casamiento al árbol genealógico de Jesús.
Tercera declaración sorprendente: “Booz engendró, de Rut, a Obed” (vers. 5). Rut era descendiente de un incesto: el de una hija de Lot que se acostó con él. Y Dios fue firme en el mandato de que no se permitiera que ningún moabita adorara “nunca” con Israel (Deut. 23:3). No obstante, Rut la moabita se convirtió en una antepasada del Mesías. Está claro que la misericordia divina prevaleció sobre la justicia divina.
Cuarta y quinta declaraciones sorprendentes: “El rey David engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón” (Mat. 1:6). En vez de llamarla Betsabé, Mateo la describe intencionalmente como esposa de otro hombre, subrayando que no pertenecía a David y que era la esposa de un converso gentil, los tres de los cuales estarán en el cielo algún día. ¡A ver si puedes halar un mejor ejemplo de misericordia!
Sexta declaración sorprendente: “Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo” (vers. 16). La joven María es prueba de sobra de que no hace falta haber caído sexualmente para formar parte del árbol genealógico de Jesús, una buena noticia para todos los que, callada y obedientemente, siguen a Dios, tal como hizo María.
Y séptima declaración sorprendente: La mayor sorpresa de todas. Porque hay dos árboles genealógicos en Mateo -uno al principio y otro al final, uno tejido con “engendró” y otro teñido de sangre-. El primero está cerrado a anotaciones ulteriores, pero no el segundo. Porque en el árbol genealógico del Calvario la puerta a los elegidos de Dios ha sido abierta de par en par para todos, haciendo de ti y de mí la séptima anotación sorpresa que, gracias a su misericordia imperecedera, ¡no es preciso que sorprenda en absoluto!

Tomado de Lecturas devocionales para Adultos 2016
EL SUEÑO DE DIOS PARA TI
Por: Dwight K. Nelson
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