viernes, 7 de enero de 2011

JACOB Y SU HERMANO GEMELO

Y Esaú dijo: ¿Qué te propones con todos estos grupos que he encontrado? Y Jacob respondió: El hallar gracia en los ojos de mi señor. Génesis 33:8.

Jacob había permanecido veinte años fuera de su hogar paterno. Ahora, en obediencia al mandato divino, emprendió el viaje de regreso. Quien se fuera solo tiempo atrás, regresaba ahora con dos esposas, once hijos y una gran riqueza; pero el terrible engaño realizado a su padre y el consecuente enojo por parte de Esaú parecían recientes. Cada día sentía sobre su corazón el peso de la culpa y deseaba liberarse de ella y reconstruir lo derribado por su pecado.
Poco antes de llegar, algunos mensajeros le dijeron a Jacob: "Vinimos a tu hermano Esaú, y él también viene a recibirte, y cuatrocientos hombres con él" (Gen. 32:6). El temor se apoderó del hermano fugitivo, pidió a Dios en oración protección y luego envió a los mismos mensajeros con algunos regalos para su hermano. Divididos en diversos grupos, envió doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros, treinta camellas con sus crías, cuarenta vacas y diez novillos, veinte asnas y diez borricos (vs. 14,15). Todo este ganado era una verdadera fortuna que Jacob estaba depositando en las manos de su hermano. ¿El propósito? "Hallar gracia" y ser perdonado. Cuando Jacob divisó a Esaú, "se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano. Pero Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó, y lloraron" (Gen. 33:3, 4). Luego, el hermano mayor preguntó: "¿Qué te propones con todos estos grupos que he encontrado? Y Jacob respondió: El hallar gracia en los ojos de mi señor". Presta atención a la estrategia usada por Jacob para reconciliarse con su hermano:

1. Intentó reparar el daño material. Todo primogénito, al morir su padre, sucedía a este como jefe de la familia y recibía una porción doble de los bienes que su progenitor poseía. Jacob conocía este derecho que había obtenido por usurpación e intentó restaurar la situación dándole gran cantidad de ganado al hermano agraviado.
2. Se humilló. Lejos de querer excusar su error o pretender justificarlo, Jacob reconoció que se había equivocado y le llamó "señor" a su hermano gemelo. De esta manera se colocaba en una condición inferior, y reconocía que Esaú era el primogénito.

Nadie está libre de ofender a quienes ama, pero el Señor en su Palabra nos dejo diversos ejemplos para que sepamos cómo subsanar esas faltas. El ministerio de la reconciliación es de origen celestial y está a nuestro alcance para ponerlo en práctica.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús

Por David Brizuela

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