lunes, 10 de enero de 2011

UN MOTIVO DE GRAN GOZO

El Señor no retarda su promesa [,,.}, sino que es paciente para con nosotros {...], no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9)

Hace algunos años la junta de mi iglesia me pidió que compusiera el el himno lema para la celebración del centenario del adventismo en Cuba. Me puse manos a la obra, para transmitir la idea de que podemos sentirnos seguros del pasado, del presente y del futuro, pues Dios los guía.
Tengo la mala costumbre de no guardar copias de las partituras que compongo, así que durante mucho tiempo creí haber perdido aquella pieza de tanto significado para mí. Pero en una ocasión en que no encontraba mi Biblia tomé la de mi esposo, y al abrirla encontré el programa que se había entregado durante aquella celebración. Comencé a leerlo, y me di cuenta de que prácticamente había olvidado aquel himno. Pero a medida que leía la letra, recordaba también la música, y las emociones y sentimientos que una vez había tenido, volvieron de inmediato a mi mente:
«Cristo viene. ¡Aleluya! / Cristo viene. ¡Alabad al Rey! / Cristo viene. ¡Aleluya! /Cristo viene. Viene por ti y por mí. / Nuestro futuro está asegurado. / ¡Iglesia, triunfante serás! / Solo esperemos la fiel sentencia: / «Entrad a la santa ciudad». / Nada tememos si en el pasado / vemos la mano de Dios, / cómo sostiene a su iglesia firme / por su infinito amor. / Cristo viene ya.»
En el programa que se había entregado a cada participante se encontraba este mensaje: «Al repasar la historia pasada puedo decir: "¡Alabado sea Dios!". Al ver lo que el Señor ha hecho, me lleno de admiración y confianza en Cristo como director. No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada» (Notas biográficas de Elena G. de White, p. 216).
¿Te parece alentador lo que acabas de leer? Para mí fue motivo de inspiración recordar que nuestro Señor vendrá muy pronto. Él no se retrasa en cumplir su promesa, sino que está siempre ocupado en nuestra salvación. ¿Estás lista para vivir junto a él por la eternidad?

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

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