martes, 8 de febrero de 2011

OBRAS DE LA CARNE

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías. Calatas 5:19.

El versículo de hoy muestra que el gran problema de la humanidad es la naturaleza pecaminosa. Tú no eres pecador porque matas, robas o mientes; tú haces todo eso porque eres pecador. Si no fueses pecador, no cometerías actos pecaminosos. ¿Te das cuenta? Todas las cosas malas son obras de la carne, frutos del pecado, consecuencias de estar alejados de Dios.
El verdadero pecado es el estado de lejanía de Dios. Todos nacemos así. David dice: "En pecado nací y en pecado me concibió mi madre". Él está hablando acerca de la naturaleza pecaminosa; lo que los teólogos llaman pecado original, que no es lo mismo que culpa original. La Biblia no apoya la idea de una culpa original. Un niño nace con pecado original; esto es, con la tendencia al pecado, alejado de Dios por naturaleza. Pero, no tiene culpa y, por lo tanto, no necesita ser bautizado.
San Pablo, en la Epístola a los Romanos, capítulo 7, habla de la lucha terrible dentro de sí. En el momento de la conversión, Dios colocó en él la naturaleza de Cristo pero, dentro de él, está todavía la naturaleza pecaminosa, que se opone al bien. Todos los seres humanos tenemos esa lucha interior; por eso quieres servir al Señor, pero no puedes. Parece que dentro de ti hay un monstruo que te lleva por el camino del mal. Ese monstruo es real. Existe. Y se llama "naturaleza pecaminosa".
Gracias a Dios que, a pesar de eso, en Cristo podemos ser completamente victoriosos y, cuando Jesús vuelva, finalmente seremos librados por completo de esa naturaleza, porque "esto mortal será vestido de inmortalidad y esto corruptible, de incorruptibilidad".
Haz de este día un día de victoria en Cristo. Coloca tu vida en sus manos, y parte hacia los desafíos seguro de que, al lado de Jesús, la victoria está garantizada. Somete a Dios el viejo hombre, porque "manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

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