lunes, 14 de marzo de 2011

ACEPTANDO LA VOLUTAD DIVINA

Y dijo: Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham. Génesis 24:12.

Ayer vimos que no conviene dejarse guiar solo por las palabras de una persona enamorada para establecer compromisos para el futuro, ya que esas palabras pueden desvanecerse con el paso de los años y mostrar que se terminó el amor. La gran seguridad que tenemos los cristianos es consultarle a nuestro Padre, el Dios del cielo, porque él desea que sus hijos formen relaciones estables, no solo para esta vida, sino también para la eternidad en un mundo renovado.
El caso de Abraham en busca de esposa para su hijo muestra la manera de consultar y permitirle a Dios que intervenga en la elección. El patriarca no quería que su hijo se casara con mujeres cananeas, así que le pidió a un criado que fuera a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor, para buscar en ese lugar una mujer para Isaac.
El pedido no era sencillo para el criado, ya que el futuro familiar y conyugal de su amo estaba en sus manos, pero aceptó el desafío confiando en el Dios de Abraham. Al llegar a la "ciudad de Nacor" elevó una oración diciendo: "Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham". Luego presentó en esa oración las pautas para reconocer cuál sería la mujer que Dios había elegido para Isaac, y de esa manera conocer la voluntad del cielo.
Dios guió al siervo de Abraham y le mostró de manera clara quién sería la novia y futura esposa de Isaac. Ese matrimonio fue una bendición y tuvo el privilegio de ser parte de la genealogía de Jesús.
El mensaje de esta historia es claro: permítele a Dios que intervenga en la elección del amor de tu vida. A su vez, hay otro aspecto a tener en cuenta, y es que si le pides a él que intervenga, debes estar dispuesto a aceptar su voluntad. Porque es fácil continuar cuando la voluntad divina se asemeja a lo que nosotros deseamos, pero ¿qué pasa cuando la voluntad de Dios te muestra que la persona que amas no es para ti? Pues en ese caso, a pesar de lo difícil que pueda resultar, es mejor abandonar la relación. Todo el cielo está interesado en tu bienestar y tu felicidad, el Dios de amor quiere lo mejor para tu vida en todas sus facetas, y el matrimonio es una de ellas. Por eso, si eliges el camino que la Providencia te muestra, a pesar de lo duro que pueda parecer, verás con el tiempo que ese camino fue el más bendecido que podrías haber tomado. Recuerda siempre: "los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien" (Rom. 8:28).

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

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