sábado, 26 de marzo de 2011

CAMINANDO A LA VISTA DE DIOS

Porque los caminos del hombre están ante los ojos dejehová, y él considera todas sus veredas. Proverbios 5:21.

En su gran mayoría, la gente de hoy se comporta como si no existiera un Dios. Viven a su antojo, eligen sus caminos, y llevan un ateísmo práctico, salvo cuando están en una iglesia o al despedir los restos de un difunto. Para muchos, Dios está solo en la iglesia, y una vez que se sale de ella, cada hombre y mujer es dueño de vivir como quiera.
Como seguidor de Jesús no debes albergar esta manera de pensar, porque la Biblia nos enseña que Dios está presente en todo lugar y momento. Sus ojos vigilan toda la redondez de la tierra y descansan sobre cada uno de sus hijos. Cuando formalizas una relación con alguien, la mirada de Dios continúa contigo, y esto merece ser recordado.
Mariana había comenzado su relación de noviazgo con un joven un año mayor que ella, y aparentemente los primeros meses fueron sumamente especiales. Luego, la rutina de la vida cotidiana hizo que este joven dejara de darle a Mariana la debida atención y comenzara a fallar a las citas, no llamarla por teléfono como solía hacerlo y mentirle para salir con sus amigos. Ella venía cada tanto a mi oficina a pedirme consejos sobre cómo actuar con él, y aunque sabía que lo mejor era terminar, sentía que no podía hacerlo. Igualmente, se había prometido que si él llegaba a engañarla una sola vez, todo se terminaría.
Esta relación continuó con muchos tropiezos, hasta que finalmente ocurrió lo que ella temía: lo descubrió en un engaño. El gran dolor de sentirse traicionada, la humillación y la vergüenza ante sus amigos y sentir que lo continuaba amando, hicieron que llorara sin consuelo por varios días. No pudo dejarlo como se había prometido, lo amaba "demasiado", y aceptó una condición sumisa porque no se veía viviendo sin él.
Si bien el ejemplo que di es de un varón, también hay señoritas que viven de igual manera. Se comportan desconsideradamente, son egoístas, y lo único que desean es satisfacer sus caprichos. No piensan en el otro, no ven que sus actos pueden herir y golpear los sentimientos ajenos y por eso no cambian, están acostumbrados a ser así y no desean una transformación.
"Los caminos del hombre están ante los ojos de Dios", escribió el salmista, y esos ojos que miran tus caminos desean que vivas sin hacerle daño a la persona que está contigo. Si el Señor te da la posibilidad de tener una persona especial a tu lado, no la menosprecies ni la humilles con tus actos, trátala como desearías que te trataran a ti, y verás que la relación se torna un deleite.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

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