miércoles, 18 de mayo de 2011

VIAJE DE GRADUANDOS

Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los anos de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento. Eclesiastés 12:1.

Dos alumnas líderes del último año de la escuela secundaria entraron a mi oficina, y después de conversar sobre diversos temas, me pidieron que intercediera ante la administración del colegio para que se cambiara el lugar de viaje de graduandos.
Como ellas no presentaban razones serias para hacer el cambio, continúe con la conversación para saber cuál era el problema con el lugar ya designado por el colegio. Después de unos momentos les pregunte: "¿Cuál sería el viaje de fin de curso soñado por ustedes?" Se iluminaron los ojos de ambas, pero una de ellas expreso: "El mejor viaje del mundo sería ir a Bariloche, sin la compañía de padres ni profesores, solos los alumnos en un buen hotel. Nos gustaría que salgamos a bailar todas las noches, que tengamos de todo para tomar, y sentir que podemos hacer lo que nos dé la gana. Queremos una vez en la vida ser libres. Bariloche ofrece todo eso y mucho más, por eso nos gustaría ir allí".
Mientras hablaban, me preguntaba con tristeza donde había quedado todo lo enseñado en las clases de Biblia y en el hogar (ya que una de ellas provenía de una familia adventista), y a la vez pensaba en la manera de frenar esas ansias de entregarse a actividades peligrosas.
Al tener la bendición de acompañar a jóvenes de distintas edades a sus viajes de graduación, puedo decir que no hace falta vivir de un modo desenfrenado para disfrutar de ese viaje. Los grupos de jóvenes adventistas pueden salir fuera de la ciudad a un lugar pintoresco, donde se pueda escalar, nadar, andar en bote, realizar cabalgatas, practicar deportes y disfrutar de la naturaleza. Estas son algunas de las actividades sanas que se pueden disfrutar. Pero lo más importante para que este viaje sea inolvidable, es la buena disposición a pasarla bien. ¡Y cuan difícil era para mis alumnos cuando concluía el paseo y teníamos que regresar a nuestras casas!
El sabio Salomón le pide a cada joven de todas las épocas: "Acuérdate de tu Creador". Acordarse significa tenerlo presente en los pensamientos, las palabras, los lugares a los que se asiste y las actividades en las que se participa. El Creador desea que disfrutes de la vida, que la vivas plenamente, que te sientas satisfecho contigo mismo y con los demás; pero a su vez te anima a cuidarte de experiencias que puedan dejarte cicatrices y atenten contra tu felicidad.
Bariloche es una ciudad turística famosa de Argentina.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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