martes, 23 de agosto de 2011

DECISIÓN

Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos. Mateo 20:16.

Cuando el texto de hoy habla de "primeros y postreros", no se refiere a una carrera en la que unos llegan en primer lugar y otros se quedan relegados al final. El pensamiento central es el poder de la decisión. Muchos son llamados. La Biblia es un libro de permanente invitación al pecador: Dios llama, insiste, y toca incesantemente a la puerta del corazón humano. Lo llama porque lo ama; desea que el hijo sea feliz. Y sabe que, lejos del Creador, la criatura será siempre incompleta y, por tanto, infeliz.
Pero, la triste realidad es que no todos aceptan la invitación divina; pocos, en comparación con el total de la humanidad. En Sodoma, solo se salvó una familia; en ocasión del diluvio, sucedió lo mismo; y al final de los tiempos, la historia se repetirá. Serán pocos los que, finalmente, serán escogidos porque dijeron "Sí".
El versículo de hoy dice más: asevera que quienes más oportunidades tuvieron serán los que más desperdiciarán la invitación. Los postreros, aquellos que se pensaba que no serían, serán; mientras que los primeros, aquellos que tenían todo a su favor, se perderán.
El núcleo de la decisión está en el poder de la voluntad. Dios dio libertad al ser humano, y la respetará hasta el fin. No puede obligarte; no puede derribar la puerta del corazón y entrar en contra de tu voluntad: tú tienes que querer, tú tienes que decir que sí. En el momento que lo hagas, todos los ejércitos celestiales correrán para ayudarte; pero, nadie puede hacer nada por ti, si te niegas a abrir.
Todos los días tomas decisiones. Unas te llevan hacia el dolor y el sufrimiento: son decisiones de muerte. Otras, te conducen al servicio y a la entrega: son decisiones de vida. Haz de este día un día de decisiones sabias. ¡Abre el corazón a Jesús! ¡Permítele entrar! Deja que él trabaje en ti, desde adentro hacia afuera. Que corrija las cosas que necesitan ser corregidas; que limpie lo que necesita ser limpiado; en fin. Que coloque orden, paz, perdón, y la seguridad de que eres una nueva criatura, renacida en Cristo.
No te atrevas a enfrentar los desafíos de este día desconocido para ti, sin pensar en el poder de tu decisión, porque "los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

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