martes, 30 de agosto de 2011

LAS VERDADERAS RIQUEZAS (PARTE 1)

Y les dijo: mirad, y guardaos de toda avaricia; porque La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. Lucas 12:15.

¿Qué dirección le estás dando a tu vida? ¿Cuál es el propósito que tienes para vivir los años futuros de tu existencia en este mundo? ¿A qué te dedicarás? La vida que lleves dará respuesta a estas preguntas, pero quizá ya hayas reflexionado al respecto y sepas qué sentido le darás a tu futuro. Si ya elegiste la carrera universitaria, tienes una dirección bastante precisa sobre el propósito de tu vida.
Vale la pena que tengas en cuenta un consejo bíblico: "Mirad, y guardaos de toda avaricia". ¡Mira! ¡Observa! ¡Reflexiona! ¡No sigas adelante sin considerar el rumbo que le darás a tu existencia!
La parábola de Jesús narra la vida de un hombre que tenía en claro el propósito de su vida: ganar dinero. Sus campos había producido muchísimo, y encontró que sus graneros eran pequeños para esa tremenda producción. Entonces, después de pensar un momento, decidió: "Derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes". Luego de haber amontonado toda esa riqueza, entonces disfrutaría comiendo, bebiendo y regocijándose (Lúe. 12:18,19).
Estos planes se parecen al de muchas personas de nuestra época. ¡Cuántos hay que pasan su vida ahorrando, haciendo inversiones, depositando en cajas jubilatorias, para disfrutar en algún tiempo futuro! Pero la parábola no termina allí. "Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma, y lo que has provisto, ¿de quién será?" (vers. 20).
¿De qué sirve toda una vida de riquezas si se pierde el reino de los cielos? ¿Es un buen negocio pasar setenta u ochenta años viviendo para las riquezas y perder una eternidad al lado de Jesús? Este mal negocio lo hace todo aquel que amontona "para sí tesoro, y no es rico para con Dios" (vers. 21).
Esta parábola no está hablando en contra del ahorro, sino que procura poner freno a la avaricia humana, "porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee".
Las verdaderas riquezas son las que las personas juntan en el depósito celestial. "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia" (Mat. 6:33) fue el consejo del Maestro, porque "el reino de Dios y su justicia" son valores eternos, que no se agotan ni están expuestos al robo o a la quiebra bancaria. "El reino de Dios y su justicia" apartan los pensamientos del hombre de sí mismo y los eleva hacia Dios y su prójimo.
Pon tu futuro en las manos divinas, y no dejes de depositar tus bienes diariamente en el banco celestial.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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