viernes, 11 de noviembre de 2011

LA FALTA DE CRECIMIENTO ESPIRITUAL

Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Hebreos 5:12.

Así como un padre espera y desea que con el paso del tiempo sus hijos crezcan y maduren, Dios desea igualmente que eso ocurra con sus hijos. Quien se entrega en los brazos del Salvador y comienza a transitar su camino, es considerado al comienzo como un niño espiritual. Necesita crecer, madurar, aprender, que su fe se haga robusta ejercitando sus facultades constantemente en el discernimiento del bien y del mal. Quienes no crecen, corren el grave peligro de caer en la apostasía y en el abandono de la fe.
Los destinatarios de Hebreos estaban viviendo un estancamiento espiritual, no continuaban creciendo en la fe y con el paso del tiempo se encontraban inmaduros. Este estancamiento podría ser peligroso si no se lo corregía a tiempo. El autor de Hebreos, con amor pastoral les dijo: "Tenemos mucho que decir sobre este asunto, pero es difícil explicarlo, porque ustedes son lentos para entender. Al cabo de tanto tiempo, ustedes ya deberían ser maestros; en cambio, necesitan que se les expliquen de nuevo las cosas más sencillas de las enseñanzas de Dios. Han vuelto a ser tan débiles que, en vez de comida sólida, tienen que tomar leche. Y los que se alimentan de leche son como niños de pecho, incapaces de juzgar rectamente. La comida sólida es para los adultos, para los que ya saben juzgar, porque están acostumbrados a distinguir entre lo bueno y lo malo." (Heb. 5:11-14, Dios habla hoy).
Hebreos no solo menciona el problema sino también la meta a alcanzar por todos, la condición que debería tener cada cristiano: "Ya deberían ser maestros". ¿En qué deberían ser maestros? Pues todos debemos ser maestros en amor, en dominio propio, en bondad, en generosidad, en fe, en conocimiento bíblico y en trabajo misionero. La posibilidad de crecer está al alcance de todos, porque Dios nos da el alimento espiritual sin hacer acepción de personas. No es suficiente consumir de ese alimento una vez por semana en la iglesia o cuando se está viviendo un problema de difícil solución. Su Palabra, su alimento, debe ser consumido diariamente. "Ningún corazón renovado puede mantenerse tierno sin la aplicación diaria de la sal de la Palabra. Debe recibirse diariamente la gracia divina, o ningún hombre permanecerá convenido" (Eventos de los últimos días, p. 67; la cursiva ha sido añadida).

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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