jueves, 24 de noviembre de 2011

MUERTE AL PECADO Y RESURRECCIÓN A UNA NUEVA VIDA

Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Romanos 6:4.

A lo largo de mi ministerio pastoral he tenido la alegría de ver a muchos jóvenes entregarse a Cristo a través del bautismo, y en este día contaré parte de la historia de Max, un joven de 17 años que "sin querer" comenzó los estudios bíblicos.
Max estaba llevando una vida vacía y sin Dios. Su manera de vestir, de hablar y sus diversiones mundanas eran algunas de las evidencias de que Jesús aún no formaba parte de su vida. Luego de una semana de oración, muchos alumnos llenaron formularios para pedir estudios bíblicos, y entre ellos estaba el de Max. Sus amigos habían llenado el formulario para hacerle una broma; pero cuando lo entrevisté y le pregunté cuándo comenzábamos a estudiar la Biblia, este joven me dio un horario y un día semanal para hacerlo.
Fue así como cada semana Max comenzó a dar sus primeros pasos con Jesús, y poco a poco su vida comenzó a cambiar. Sus amigos, que vivían lejos de Dios, se enojaron por los cambios que veían en él y hasta lo alejaron del grupo. No comprendían lo que estaba pasando en el corazón de este joven que hacía pocos meses era igual a ellos, y esa falta de comprensión los llevó a distanciarse de él.
En la iglesia fue querido y aceptado rápidamente, y pronto tuvo algunas responsabilidades pequeñas. Yo también lo integré en programas de Sociedad de Jóvenes y en otros eventos, ya que era sumamente capaz y responsable. Al finalizar ese año había un Max cambiado, diferente, que se entregó a Jesús a través del bautismo.
El bautismo es también muerte al pecado y resurrección a una nueva vida. Simbólicamente es como si en el agua quedara el "viejo hombre" lleno de vicios, pecados y alejado de Dios, y quien sale es "otra persona" para vivir como Jesús lo haría. Pablo, en un lenguaje teológico, expresó la relación entre el bautismo y una nueva vida: "Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva". El Max sin Dios había quedado sepultado en el bautisterio de su iglesia, y quien había salido, lo había hecho con Cristo como Señor de su vida. Cada persona que desea la salvación eterna debe dar el mismo paso (Mar. 16:16).

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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