jueves, 12 de enero de 2012

¿CÓMO SE SINTIÓ JESÚS?

Entonces algunos comenzaron a escupirlo, a cubrirle el rostro, a darle de puñetazos y a decirle: ¡Profetiza! También los guardias le daban bofetadas. (Marcos 14:65).

En cierta ocasión mi compañero Luis y yo estábamos comiendo unos taquitos de papa que yo había preparado. De pronto se acercó a nuestra casa un joven para pedirnos dinero. Escuchamos con paciencia todo lo que nos decía para convencernos. De pronto, Luis le preguntó si tenía hambre y nos contestó que lo que necesitaba era dinero. Repitió que no quería comida, pero finalmente terminó pidiéndonos los taquitos. Una vez que le dimos los tacos el muchacho comenzó a cruzar la calle y luego se detuvo a la mitad. Desde allí comenzó a hacer señales de disgusto y, molesto, regresó para preguntarnos: «¿Qué es esto?». Cuando le contestamos que eran tacos de papa comenzó a escupirlos, a la vez que profería palabras groseras diciendo que lo que él deseaba era carne. Mientras observaba su conducta, quise que la tierra me tragara por la magnitud del desprecio de aquel joven, aun cuando habíamos estado dispuestos a compartir nuestros alimentos con él. Tanto Luis como yo nos sentimos fatal por el maltrato y la actitud del muchacho.
¿Alguna vez te has preguntado cómo se habrá sentido Jesús al ser rechazado, humillado, escupido y abofeteado? Yo estoy segura de que se habrá sentido fatal. Pero no solo en aquella ocasión, sino hasta el día de hoy, o cada vez que es humillado o despreciado por alguien a quien ama y por quien también dio su preciosa vida.
¿Acaso habremos estado actuando como aquel muchacho? Estoy segura de que en diferentes momentos de nuestras vidas hemos rechazado al Señor mediante nuestras actitudes, palabras o pensamientos. Quizá también lo hemos hecho con el trato que hemos dado a otras personas. Recuerda, querida amiga, que él dijo: «En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis» (Mat. 25: 40).
Aquel día pude experimentar en mi propia piel algo de lo que Jesús sintió al ser despreciado e injuriado. Dios quiera que el día de hoy nos propongamos no lastimar a nuestro Señor Jesús con ninguna acción incorrecta, y que podamos ser hijas dignas de nuestro Padre celestial.

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Rhode Suriano Suárez es mexicana y reside en Punto Rico. Colabora como locutora de radio ni un programa juvenil.

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